El escualo, que lo encontraron ya muerto en la draga del puerto, es levantado por un grúa. Foto: KIKE TABERNER

La rampa que da acceso a las instalaciones de la Cruz Roja en el puerto de Eivissa contaba con un visitante singular: un tiburón de unos cuatro metros que apareció muerto en el interior del puerto de Eivissa a primera hora de la tarde de ayer. Dos socorristas de la Cruz Roja que comenzaban a dirigirse hacia ses Salines en una zodiac cuando uno de ellos divisó al escualo. «Maroto, un tiburón», exclamó, mientras su compañero no le creía. Al acercarse al mismo comprobaron que sí estaba en lo cierto y, tras algún esfuerzo, lograron atarlo por la cola y arrastrarlo hasta tierra firme.

Una vez en la rampa, el tiburón llamó la atención a muchos curiosos. El animal presentaba un fuerte impacto en el lado derecho de su cabeza, que pudo ser provocado por un golpe de una embarcación, aunque también se escucharon otras explicaciones, como el que el escualo pudo haber sido capturado por una red de arrastre y golpeado por la tripulación del barco.

Mientras, efectivos de la Guardia Civil y el personal de la Cruz Roja esperaban a la llegada del camión de Herbusa que debía cargar al tiburón y a un técnico del Consell que debía examinar al animal. El tiempo pasaba y nadie llegaba al puerto de Eivissa. Sobre las seis y media de la tarde lo hizo el camión de Herbusa que debía trasladar al tiburón al vertedero. El técnico del Consell, finalmente, no apareció por el lugar.