El joven senegalés que ayer aún se debatía entre la vida y la muerte cayó desde esta vivienda. Foto: V.F.

La reyerta que acabó anteanoche con un senegalés muy grave tras caer de un sexto piso al irrumpir en el piso en el que éste vivía tres ingleses armados con un cuchillo ha desencadenado que haya aumentado el enfrentamiento que según todos los indicios ya existía entre grupos de africanos y británicos por el control del tráfico de drogas en Sant Antoni. Las investigaciones policiales corroboran que el suceso ocurrido en el edificio el Faro ha sido el último párrafo de una situación que se ha agravado este verano, muy probablemente por el aumento de africanos en la bahía tradicionalmente ligados a la venta ambulante ilegal y que están viendo que es más rentable económicamente traficar con droga. Esta actividad ha sido hasta ahora controlada mayoritariamente por británicos, que, con ello, se costean su estancia en la isla.

La «expansión» africana -con cerca de un centenar de personas buscándose la vida en Sant Antoni- se ha traducido en el aumento de un clima de tensión que ya se había detectado, en menor cuantía, en otras temporadas. Ayer mismo, durante la mañana, tras un noche cargada de tensión al correrse la voz entre unos y otros, se registraron al menos otras dos situaciones de violencia al coincidir miembros agrupados de ambos colectivos, según la información recogida por este periódico tras consultar a varias fuentes conocedoras de la situación. Las mismas resaltan que a veces es como si los grupos «se buscasen». La primera pelea tuvo lugar cerca de la Avenida Doctor Fleming a primera hora de la mañana y la segunda, cerca de la una de la tarde, en una tangana que acabó sin heridos en la playa de es Pouet.

La última, que trascendió a las fuerzas policiales, se disolvió justo cuando las patrullas municipales y de la Benemérita acudían.No han sido las únicas. En los días anteriores, como ya se informó, un día después de que un policía local recibiera una cuchillada en la mano al identificar a un vendedor ambulante, un inglés resultó herido de arma blanca al producirse una disputa con africanos, al parecer, también por asuntos de drogas. Entre africanos y británicos, paradójicamente y hasta la fecha, han existido relaciones, pero éstas han estado marcadas por la conveniencia. En Sant Antoni se sabe que, en ocasiones, africanos y británicos hacen entre ellos «negocios» de estupefacientes. La situación es bien distinta cuando se pasa página y hay que repartirse el territorio para distribuir y ofrecer la droga (generalmente éxtasis, cocaína y hachís) entre turistas que muchas veces son literalmente abordados.

El clima de enrarecimiento surgido entre estos dos colectivos, a los que no se les atribuye estructura mafiosa sino la propia de grupos aislados que luchan por su «territorio», ha derivado en los últimos días en varios enfrentamientos directos, pero ninguno tan grave como el ocurrido anteanoche en el edificio El Faro. Policía Local y Guardia Civil han incrementado el control en Sant Antoni, pero la proporción de fuerzas es evidente. Pese a todo, se registran resultados. En lo que va de mes, sólo entre africanos y británicos, ha habido una quincena de detenidos por tráfico de drogas, numero que aumenta sensiblemente con otras intervenciones practicadas, como identificaciones y aprensiones.