El joven senegalés M.D. continuaba ayer debatiéndose entre la vida y la muerte en la Policlínica del Rosario, centro donde, si se logra mantener la evolución favorable que experimentaba en las primeras horas de intervención, le esperan varias operaciones después de que ingresara con un traumatismo craneoencefálico muy grave y fracturas de pelvis, columna, pierna y brazo, así como roturas faciales. La víctima cayó desde 20 metros presumiblemente por un accidente presa del pánico. Esta es la hipótesis más lógica barajada por la investigación emprendida por la Guardia Civil, aunque no se descartaba que finalmente hubiera un empujón.

La unidad de Policía Judicial trataba ayer de aclarar este extremo en los interrogatorios que se llevaban a cabo con dos de los tres supuestos asaltantes, localizados anoche y detenidos. Dos de los sospechosos son blancos y el tercero, mulato. La víctima, franqueada la puerta por tres británicos, uno de ellos armado con un cuchillo, a los que supuestamente debía dinero por un «negocio» de drogas, sólo encontró una forma de escapar: la ventana y el balcón que daban al exterior. Desde allí intentó asirse, en una desesperada maniobra, a otra de las ventanas. Fue un imposible más próximo a una película de acción que a la realidad. M.D. no pudo agarrarse a nada y se desplomó desde el sexto piso de la vivienda del edificio El Faro , que había alquilado junto con su hermano, hasta golpearse violentamente contra el hormigón.

Los tres asaltantes, los que al parecer también habían compartido casa con la víctima, huyeron precipitadamente al ver lo que había ocurrido. El hermano de M.D. también se asustó y, según los datos recogidos por este periódico anteanoche, intentó eludir a los agentes, una huida también desesperada que momentos antes llegó a intentar materializarla arrojándose al mar. Las observaciones llevadas a cabo por la Benemérita también han evidenciado que en los residentes en la casa donde ocurrieron los hechos compaginaban la venta ambulante con la de drogas.