El edificio Faro de Sant Antoni es uno de los que dan a la bahía de Portmany su imagen característica.

Un hombre de nacionalidad senegalesa de 32 años de edad y que responde alas iniciales M. D. resultó ayer herido de pronóstico muy grave al caer desde un sexto piso del edificio Faro de Sant Antoni tras un enfrentamiento con tres ingleses que irrumpieron en el piso que él y su hermano habitan, según confirmaron a este periódico fuentes policiales de la localidad.

El suceso ocurrió sobre las nueve y veinte minutos de la noche. A esa hora, la víctima y su hermano se encontraban en la vivienda que comparten con otras personas de su misma nacionalidad cuando entraron tres jóvenes británicos armados con un cuchillo que le pidieron dinero y se apoderaron, además, de varios teléfonos móviles. Por causas que aún trata de esclarecer la Guardia Civil, el senegalés se acercó a la ventana e instantes después caía por ella. La investigación también trata de determinar si este suceso tiene algo que ver con el tráfico de drogas.

Como consecuencia del golpe producido, la víctima sufrió politraumatismos que obligaron a su inmediata evacuación a bordo de una UCI móvil del Centro Médico Galeno de Sant Antoni en la que fue asistido por un médico al servicio de urgencias de Can Misses, donde le atendieron y ordenaron su traslado urgente al departamento de neurocirugía de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Al cierre de esta edición, M.D. se encontraba muy grave.

Al parecer, la víctima conocía a los atacantes porque días atrás había dado cobijo y había tenido problemas con alguno de ellos. Tras producirse la caída el hermano se tiró al agua para salir poco después, fue trasladado al cuartel de la Benemérita para declarar, intentó escapar y ser reducido en su fuga.

Concentración inmediata
Poco después de producirse el incidente, un grupo de vendedores ambulantes africanos se concentró en la zona con intención de buscar y ajustar cuentas a las personas implicadas en la pelea. El clima en Sant Antoni está enrarecido después del control policial sobre el colectivo de vendedores ilegales, que protestan de su 'celo'. En los últimos días, éstos han protagonizado varios altercados, algunos con heridos. Ayer noche, un policía local comentaba: «El ambiente se va a caldear». Al cierre de esta edición un dispositivo policial vigilaba que la cosa no fuera a mayores.