La zona de Sant Vicent conocida como Pla de ses Formigues registró
ayer su segundo incendio en menos de 24 horas. Esta vez, sin
embargo, el fuego no pudo ser sofocado enseguida y, desbordado y
con varios focos presentes, terminó convirtiéndose en un gran
incendio forestal que al cierre de esta edición ya había calcinado
entre setenta y cien hectáreas, según los últimos cálculos que se
barajaban. El fuego, al llegar la noche estaba sin control, pero la
ausencia de viento permitió que no se expandiera aún más. De
confirmarse las previsiones más negativas, sólo con lo ocurrido
ayer se iguala al total de masa forestal perdida en 2000 sumando
los dos grandes incendios habidos en la isla: el de Buscastell y el
de es Puig den Gross.
Las llamas avanzaron con rapidez tras ser detectadas a primera
hora de la tarde en varios frentes, un hecho que suele coincidir
claramente con fuegos provocados. Las primeras estimaciones ya
hablaban de más de 20 hectáreas destruidas. La situación, como
medida de prevención, obligó proceder al desalojo de varias casas
de campo como medida de precaución. Uno de los frentes que avanzaba
llegó a alcanzar el medio kilómetro. El fuego se inició a una
extensión relativamente cercana donde ayer tarde tuvieron que
intervenir los bomberos, un fuego que en principio se creía que
había afectado a unos mil metros cuadrados aunque, tras el
perimetraje en la zona, se determinó que las llamas habían arrasado
la mitad de este terreno.
Los bomberos del Parque Insular y del Ibanat, a diferencia de lo
ocurrido en la jornada anterior, tuvieron que verse reforzados nada
más detectarse el fuego, divisado sobre las cuatro de la tarde, no
soló por el Dromader con base en Eivissa, sino por medios mayores
ante la magnitud que enseguida adquirió el incendio. Éste levantó
una columna de humo que pudo verse en toda la isla. Las fuentes
consultadas señalaron que durante la tarde se llegaron a
contabilizar hasta cuatro focos, dos de ellos muy difíciles de
atacar al estar en zonas muy abruptas. La orografía, de hecho, fue
una de las principales dificultades a la hora de combatir los
frentes y en algunos lugares era imposible el paso y otros podían
convertirse en trampas mortales.
A los medios que había ya en Eivissa -sólo los bomberos del
Parque Insular de Eivissa llegaron a movilizar a seis vehículos con
sus respectivas dotaciones- se sumaron en los minutos siguientes
brigadas aerotransportadas de bomberos, dos helicópteros y un avión
de Mallorca. En total, cerca de un centenar de personas luchaba
contra las llamas durante la tarde y un buen número de ellos
continuaron con las tareas por la noche al retirarse hasta hoy los
medios aéreos.
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