Una mujer de 35 años y madre de dos hijos murió el pasado miércoles en la provincia de Fujian, sureste de China, mientras se encontraba detenida por las autoridades locales por negarse a someterse a una operación de esterilización. Sun Zhonghua fue detenida en su casa por funcionarios del servicio de control de natalidad y trasladada a un edificio de este organismo el miércoles por la mañana, unas pocas horas después estos informaron a sus familiares que Sun se había suicidado al saltar desde un cuarto piso.

Sin embargo, sus familiares niegan la veracidad de estos hechos y aluden al gran número de golpes y heridas que presentaba el cuerpo de Sun cuando acudieron a reconocerlo al tanatorio local, por lo que creen que recibió una paliza que le costó la vida.

Los funcionarios locales habían presionado en numerosas ocasiones durante los últimos años a Sun para que se sometiera a una operación de esterilización. Pero Sun siempre se negó a colaborar con las autoridades, aludiendo a sus problemas cardíacos y su alta presión sanguínea, lo que pondría en peligro su vida en caso de tener que pasar por el quirófano.