El barrio de sa Penya vuelve a ser sometido a un plan con el que se
pretende acabar con el trafico de drogas y la marginación que sufre
esta zona de Eivissa. El nuevo dispositivo es muy similar al que se
puso en marcha el año pasado con la denominada «Operación
Esperanza», un proyecto que, como éste, también abordaba medidas
policiales y sociales y que concluyó de súbito al llegar la
temporada estival. Una vez más, todo es posible después de que se
llegue a acuerdos entre la Dirección Insular y el Ayuntamiento de
Eivissa.
La directora insular, María Encarnación Sánchez Jáuregui,
manifestó ayer que el nuevo plan, ya en marcha, ha nacido también
con el objetivo de perseverar pero que ahora se tiene en muy en
cuenta que la constancia es una condición indispensable para
conseguir resultados que no caigan en saco roto. Sánchez Jáuregui,
en este sentido, reiteró que resolver la situación de sa Penya
requiere «una solución a medio plazo y quizás más a lo largo que a
lo corto», circunstancia por lo que pidió la colaboración de los
vecinos.
La representante gubernamental adelantó que entre las líneas del
plan destaca, en el capítulo policial, reincidir en el control al
tráfico de estupefacientes, la receptación de objetos robados y el
paso de toxicómanos que se amparan en el barrio para consumir
aumentando la marginalidad de la zona. Al respecto, unidades de
Policía Nacional y Local se turnarán en distintos puntos para
vigilar lo que ocurra.
Las medidas policiales va a ir acompañadas de otras urbanísticas
y medioambientales, como son aumentar la limpieza del barrio y el
tapiado de huecos, a las que se van a sumar otras más concretas en
el capítulo social con las que se favorezca la reinserción y la
escolarización.
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