Las operaciones de rescate congregaron en la falda de la montaña a numerosos efectivos.

172 personas, en su mayoría jóvenes esquiadores, fueron ayer dadas por muertas en el incendio de un funicular alpino subterráneo que conduce al glaciar austriaco de Kitzsteinhorn. Tan sólo ocho pasajeros alemanes, que viajaban en la cola del funicular y que rompieron a patadas la luna trasera del vehículo para correr túnel abajo hacia la salida, lograron escapar con vida del infierno de llamas y humo, que, al parecer, se declaró rápidamente y atrapó a los demás ocupantes del tren, con capacidad para 180 personas.

El gobernador del estado federado austriaco de Salzburgo, Franz Schausberger, admitió que las fuerzas de rescate no esperan encontrar superviviente alguno, ya que las intensas temperaturas alcanzadas en el interior del túnel prácticamente fundieron el funicular. El convoy subía al glaciar «completamente lleno», sobre todo de jóvenes que iban a asistir a una de las primeras pruebas internacionales de «Snowboard» de la temporada, señaló Norbert Karlsboeck, alcalde de la pequeña localidad de Kaprun, de la que parten las vías del funicular.

Las fuerzas de rescate han recuperado hasta el momento cuatro cadáveres, el del conductor del funicular que descendía vacío, así como los de dos turistas y un operario de la estación superior del funicular, que perecieron asfixiados por el humo del incendio, que subió rápidamente por el túnel.

El fuego, que fue registrado por los bomberos a las 09'10 hora local (08'10 GMT), no fue controlado hasta primeras horas de la tarde y a partir de ese momento las fuerzas de rescate iniciaron las labores para acceder al funicular, del que sólo está entero el chasis, mientras el resto del vehículo quedó completamente carbonizado, al igual que sus ocupantes.