Las llamas que envolvieron tras despegar al avión supersónico
Concorde de la compañía Air France siniestrado en París esta misma
semana no procedían del motor, sino de una fuga de carburante,
según indicó ayer el Gabinete de Investigación de Accidentes, que
señaló que una de las piezas de la aeronave encontradas en la pista
del aeropuerto procedía de un depósito de carburante.
El terrible accidente se cobró la vida de 114 personas: todos
los pasajeros del avión, la tripulación del mismo y varias personas
que se encontraban en un pequeño hotel sobre el que se precipitó el
Concorde. Hace pocos días se dio a conocer el contenido de las
grabaciones de las dos 'cajas negras' del avión con la conversación
entre los pilotos y la torre de control en una de ellas y con los
datos técnicos del aparato en la segunda.
Según las grabaciones contenidas en la primera de ellas pudo
comprobarse que los controladores advirtieron a la tripulación del
incendio originado en uno de los motores. El piloto respondió que
había detectado la avería pero que no podía abortar el despegue
debido a la alta velocidad con la que se desplazaba el avión. La
grabación técnica también ha arrojado datos sobre la avería en uno
de los cuatro motores de la aeronave comercial más rápida del
mundo.
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