El Concorde despegó en llamas ante los pasajeros de otro avión
de Air France, a bordo del cual Chirac volvía de Japón, donde se
quedó en visita privada tras participar en la cumbre del G-8 en
Okinawa. El avión despegó «como un cohete en llamas» que
rápidamente desapareció envuelto en una nube de humo, señalaron
fuentes próximas al presidente francés. Varios testigos
presenciales explicaron que el avión inició un giro y luego volcó
antes de estrellarse en tierra. La oficina de investigación de
accidentes, que depende del Ministerio de Transportes, investiga
las causas del siniestro, y Gayssot informó de que ya se ha abierto
una investigación judicial «como siempre» ocurre en esos casos.
La caja negra del aparato siniestrado estaba siendo buscada
ayer, mientras se ha creado una célula de crisis en el Ministerio
de Transportes para recoger las primeras informaciones en
colaboración con Air France y con la sociedad Aeropuertos de París,
que gestiona los aeródromos capitalinos. Los Reyes de España
enviaron ayer tarde sendos telegramas de condolencia por el
accidente aéreo a los presidentes de Francia, Jacques Chirac, y
Alemania, Johannes Rau. En su mensaje, los Reyes don Juan Carlos y
doña Sofía expresaron a los jefes de Estado francés y alemán el
pésame de toda la Familia Real y del pueblo español por la
tragedia.
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