La incertidumbre persistía ayer sobre el número de muertos a causa del seísmo que devastó el pasado viernes el noroeste de Turquía, con los balances oficiales provisionales oscilando entre 349 y 374 muertos. Según un balance provisional del centro de crisis del Gobierno en Ankara, 349 personas han muerto y otras 2.386 resultaron heridas en el terremoto. Anteriormente, el ministro turco de Sanidad, Osman Durmus, había declarado que el seísmo había causado al menos 374 muertos y 2.923 heridos.

En su declaración, citada por la agencia Anatolia, Durmus afirmó que este balance podría aumentar. La cadena de televisión NTV subrayó que los balances de muertos comunicados por las autoridades locales sólo reflejan el número de víctimas que han sido oficialmente identificadas y no aquellas que han sido enterradas rápidamente por sus familiares. En eset sentido, en un principio se apunto extraoficialmente al que número de víctima pudiera elevarse al millar.

Casi 48 horas después del terremoto -de 7'2 grados en la escala de Richter- los equipos de rescate turcos, ayudados por los llegados de unos catorce países, continúan buscando bajo toneladas de cascotes la existencia de supervivientes en Ducze y Kaynasli, las zonas más afectadas.