El «Constellation», propiedad del príncipe de Qatar, que el pasado
jueves abordó a un rápido de pasajeros en el puerto de Eivissa,
seguía huido ayer de la autoridades españolas pese a que la Guardia
Civil intentó interceptarle durante cerca de cuatro horas. La orden
de embargo no sirvió para nada pese que ésta fue entregada al
capitán del yate nada más atracar en el Club de Mar de Palma.
Tras huir el barco, incluso se barajó la hipótesis de que fuera
a poner su proa de retorno a Eivissa, lugar que abandonó el pasado
domingo cuando el juzgado todavía no había dictado su
inmovilización hasta que no pagara la fianza de 500 millones de
pesetas pedida por Balearia, la naviera del rápido siniestrado y
que ha anunciado que está dispuesta a llegar hasta el final para
cobrar los más de 600 millones alegados como perdidos.
El barco del príncipe de Qatar ha terminado, por el momento, su
periplo en la Costa Azul y según los datos recogidos por este
periódico ayer tarde su último lugar elegido ha sido el principado
de Mónaco. Otras fuentes, sin embargo, daban en aguas
internacionales el paradero del barco.
El «Constellation» zarpó anteayer sobre las cuatro de la tarde
del Club de Mar de Palma. Una patrullera de la Benemérita intentó
interceptarlo poco después de su salida. Al no lograrlo, se le
enviaron distintas señales marítimas. Todas las fuentes consultadas
por este periódico ayer tarde aseguraron que la patrullera no pudo
darle alcance después de que el «Constellation» aumentara su
velocidad, haciendo imposible su captura pese a los repetidos
avisos que se le enviaron.
Informaciones de la agencia Efe, sin embargo, aseguran que tras
cuatro horas de persecución, ya en alta mar y a trece millas de
Mallorca, los agentes pudieron entregar al capitán el auto judicial
mediante el que el juez ordenaba el embargo del yate. Una vez
cumplido este trámite, la patrullera volvió a su base.
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