Un pez vieja colorada nada entre la posidosia de las Pitiusas. | MANUEL SAN FÉLIX

Los científicos lo llaman Sparisoma cretense, un pez también conocido como ‘vieja colorada’ o ‘loro viejo’. Es una especie muy apreciada en la gastronomía canaria y, al mismo tiempo, un pez invasor en las aguas de las Pitiusas, donde desde hace un par de años se le puede ver, de forma cada vez más habitual, entre las praderas de posidonia.

Manu San Félix, del centro de buceo Vellmarí, un buceador con 26 años de inmersiones en Ibiza y Formentera a sus espaldas, indicaba que no había visto ejemplares de esta especie hasta que el año pasado fotografiaron un juvenil en la costa noroeste de Formentera a 10 metros de profundidad.

Desde ese momento empezaron a encontrarlo en sus inmersiones y este año indica que ya se puede avistar con cierta asiduidad nadando entre las praderas de posidonia.

Este buceador experimentado considera que la llegada de la vieja al Mediterráneo, un pez más habitual de las islas Canarias, se debe «muy probablemente al calentamiento global».
Para él se trata de un indicador de que estamos «ante un Mediterráneo en cambio, de especies que llegan nuevas para sorpresa de los pitiusos y otras que desparecen después de haber estado siempre con nosotros cómo las nacras (Pinna nobilis)».

Otros avistamientos

Los miembros de Ifsua en Balears (Foro internacional para las actividades sostenibles bajo el agua, en sus siglas en inglés), se hacían eco el pasado 27 de julio en la red social Twitter del avistamiento en Mallorca y las Pitiusas de esta especie.

Una publicación en la que consideraban que se trataba de una de las primeras veces que se registraba la visión de este pez en las islas.

Indicaban que las imágenes se habían publicado en la página web del proyecto abierto de ciencia Observadores del Mar. La publicación en Twitter concluía con la etiqueta #CalentamientoGlobal.

La especie

El Sparisoma es un pez óseo y carnívoro, habitual en aguas del oceano Atlántico, especialmente de las Islas Canarias y Azores, donde es muy apreciado en la gastronomía local. Tiene una boca en forma de pico que le sirve para roer rocas y así buscar algas y desmenuzar sus presas: moluscos y crustáceos. Cuando llega a su etapa adulta mide en torno a medio metro.

Las hembras son de un color rojo llamativo con manchas amarillas y el macho es de tono grisáceo. Tienen las aletas de colores granate y verde. En el Mediterráneo el Ministerio de Economía y Competitividad recogía su presencia y captura únicamente en las costas andaluzas.