Alfonso López, en su trabajo en Can Misses. | D. E.

Alfonso López Gutiérrez, facultativo especialista en bioquímica del hospital Can Misses, asegura que la entrada en vigor del decreto le «afecta bastante porque soy interino y mi plaza va a salir en la siguiente oferta de empleo público, estoy bastante preocupado». Alfonso López, que cuenta con el nivel elemental que equivale a un B1, se apuntó al curso de catalán pero ha optado por formarse por su cuenta, «porque mi pareja habla en catalán». Entiende el catalán y lo escribe «pero me cuesta bastante hablarlo». De hecho, asegura que ahora se encuentra «con bastante estrés» ya que se está preparando para el examen que será en enero. «Me está quitando mucho tiempo que podía dedicar a la formación en mi trabajo como bioquímico», dijo. López, natural de Valencia, trabaja desde junio de 2008 en Ibiza.

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La lengua nunca le ha supuesto ninguna dificultad en su trabajo. «En el Laboratorio de Análisis Clínicos no trato con pacientes, pero sí en los estudios de fertilidad donde viene gente de otras nacionalidades y no tenemos ningún problema; nos entendemos perfectamente». «No he tenido problemas con los pacientes ni con los compañeros», afirma. «Como mérito me parece perfecto que se pida pero no como requisito», añadió.