«Con la falta de vivienda hay que olvidarse de colores políticos y trabajar todos a una»

Consuelo López, acaba de ser reelegida secretaria general del sindicato CCOO en las Pitiusas

Consuelo López, Secretaria general de CCOO en Ibiza y Formentera. | Alejandro Mellon

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Consuelo López (Albacete, 1965) acaba de ser reelegida secretaria general del sindicato CCOO en las Pitiusas afrontando un momento plagado de retos como las dificultades de muchos trabajadores para acceder a una vivienda o incluso la negociación del convenio colectivo de hostelería.

—Acaba de ser reelegida secretaria general de CCOO en Ibiza y Formentera, ¿qué objetivos se plantea?
—Un poco seguir con el trabajo que veníamos realizando y mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora, incidiendo mucho en el tema de la vivienda puesto que, junto a la cesta de la compra, lo condiciona todo.

—En el último Congreso Insular del sindicato recibió el voto del 100% de los participantes.
—Sí y estoy feliz y contenta. Aunque no hayamos acertado en todo, la línea en la que hemos estado trabajando fue respaldada por todos los congresistas que participaron. Eso te da fuerza e impulso porque te demuestra que se está haciendo bien y que la gente apoya el proyecto y el trabajo que hemos venido realizando.

—Resultó elegida por primera vez en el año 2021, ¿qué valoración puede hacer de ese primer periodo al frente de CCOO?
—Fueron cuatro años muy duros porque empezamos mandato saliendo de la pandemia. El ocio nocturno estaba parado y los hoteles abrían, cerraban y todo resultó afectado. En los dos primeros años nos dedicamos a solucionar problemas surgidos durante la pandemia. En las Baleares, asesoramos a unas 40.000 personas, solucionando dudas sobre ERTEs y la normativa que iba saliendo. Fue duro el trabajo. También tuvimos el conflicto con Herbusa que ha sido el más visible, aunque no el único. Nos queda una espinita en el corazón con el problema de los trabajadores del servicio de ayuda a domicilio y hay que recordar el conflicto de los trabajadores de limpieza de las escuelas de Sant Antoni. Huelgas y amenazas de paros se van produciendo, aunque intentamos a través de la negociación que estos conflictos no lleguen a la huelga.

—¿Qué valoración realiza del momento que atraviesan las Pitiusas?
—Es un momento complicado, atípico, y con múltiples factores para afrontar. Por muchos esfuerzos que hagamos, en el conflicto de Herbusa, por ejemplo, logramos buenos aumentos y buenas cláusulas sociales, pero si al día siguiente el casero sube el alquiler a esos trabajadores, todo esto no sirve de nada. Por eso, nos debemos centrar mucho en las soluciones habitacionales. Nosotros somos claros y pensamos que en Ibiza debería limitarse el precio del alquiler, declarar zonas tensionadas. Si no sabemos cómo va a funcionar, que no se haga en toda la isla, pero sí en una parte para ver cómo resulta. Desde CCOO creemos que es muy necesario. También nos ayudaría sacar al mercado pisos que, por la razón que sea, los propietarios no quieren alquilar, dándoles garantías jurídicas y fiscales porque sería una solución inmediata. Son viviendas que ya están listas y en las que no hay que hacer nada. Sólo, acordar un precio justo y digno y empezar a abrir esos pisos, siempre garantizando esas claves fiscales y jurídicas a los propietarios. A medio plazo, deben construirse viviendas de protección oficial destinadas al alquiler. Es imprescindible. Unas medidas no excluyen a otras. Yo siempre pongo el ejemplo de un trabajador discontinuo que trabaje unos seis meses. No podrá optar a la compra de una vivienda a precio limitado, pero sí a un piso de protección oficial en alquiler.

—Sin embargo, iniciativas del Govern para sacar al mercado más inmuebles en alquiler no han logrado demasiada participación en Ibiza.
—Creo que se debe al miedo que puede sentir el propietario al pensar que le van a destrozar el piso. Por ello, hay que garantizar que no les va a pasar nada. Entendemos al propietario, pero toda la sociedad civil ibicenca debe realizar un esfuerzo y concienciarse porque hemos llegado a un punto en que la avaricia rompe el saco. Culpamos mucho a los políticos, a las instituciones o grandes tenedores, pero todos conocemos casos y situaciones en los que se alquilan viviendas cercanas ilegalmente. Hay que tener canales de denuncia y decirle al vecino que eso no lo puede hacer. Hay que hacer esta labor de concienciación. No puede ser que se alquile una vivienda por 1.500 euros y al día siguiente se pidan 1.800. Eso es lo que está matando a la isla. Además, llevamos mucho tiempo en Ibiza en que no se han hecho promociones de protección oficial y es lo que necesitamos urgentemente.

—¿Se había imaginado llegar a ver en Ibiza a gente trabajadora viviendo en asentamientos ilegales?
—Por poner una fecha, en 2015 se comenzaron a tramitar unas avalanchas de excedencias de trabajadores increíbles. Ibiza nunca ha sido barata. Yo llegué en 1987 y los alquileres siempre han sido caros, por eso vivíamos en los bajos de los hoteles. Cuando ya te asientas en la isla, quieres tener tu vivienda. A partir de ese 2015 se solicitaron muchas excedencias porque la gente ya veía que los alquileres subían y subían y les compensaba más quedarse en su lugar de origen, aunque con el trabajo ganaran menos. Les daba para vivir. Hace diez años de eso y todo ha ido a peor, a mucho peor. No sé qué flota en el ambiente de Ibiza porque se cree que esto es la gallina de los huevos de oro y que el más tonto hace relojes. Vemos cosas que son unos auténticos robos y atracos y esto no se puede permitir.

—¿Cómo han vivido todo el tema de las okupaciones registradas en las últimas semanas?
—Hay que distinguir. Hay gente realmente vulnerable. Familias con niños que no tienen un lugar dónde vivir. Sin embargo, a los propietarios la ley sí les protege. Yo creo que la ley funciona y si vemos que no protege lo suficiente, habrá que modificarla. Por otro lado, hay gente que tiene mucho morro. Lo estamos viendo en los asentamientos y también hay que decirlo. En los asentamientos vemos a gente que realmente no puede afrontar un alquiler, pero también a otros que tienen trabajo, pero que no quieren pagar una renta. Eso no puede ser porque, si estás trabajando, hay que pagar impuestos y contribuir en la sociedad. Los asentamientos, hay que comenzar a deshacerse de ellos, aunque antes las instituciones deben censar bien a esa gente y a aquellas familias vulnerables hay que atenderlas correctamente antes de sacarlas a patadas. El resto, si tiene una buena nómina, debe buscar un alquiler y pagar como paga el resto.

—A las puertas de la temporada, ¿qué percepción tienen en cuanto a la situación de las empresas y sus plantillas?
—La misma que el año pasado y el anterior. Llevamos unos años, desde la pandemia, en que comenzó un cambio. La gente, especialmente la más joven, quiere tener un trabajo para vivir dignamente y el resto, a disfrutar. Sobre la temporada, todo apunta a que volverán a batirse récords, pero volverá a faltar personal, tal como dicen los propios empresarios, y esto es un drama. La culpa no es de los trabajadores, que quieren venir a Ibiza, pero es que no encuentran un lugar para vivir.

—Recientemente han intermediado en la reclamación de mejoras para las trabajadoras de la escoleta de Can Coix.
—Nosotros trabajamos a diario en lugares con conflictos y debemos vigilar día a día. Por ello, no sólo realizamos una labor de negociar y pactar, sino que debemos velar para que lo pactado se cumpla. En el caso de Can Coix, no es la única escoleta de Ibiza en la que sucede esto. Es deprimente y claman al cielo las condiciones que tienen estas trabajadoras. Son mujeres jóvenes, cualificadas, pero con unos sueldos de vergüenza. Cuidan a nuestros bebés y esto no se puede consentir. Que inviertan dinero en solucionar a esta gente los problemas económicos. No se puede vivir con lo que están cobrando. Son profesiones vocacionales y cuando te tratan así, la ilusión se va mermando porque es injusto, aunque se haga un esfuerzo y una labor social.

—¿Creen que las medidas para luchar contra el intrusismo son positivas?
—Sí. La bola se ha hecho tan grande que hay que ir poniendo medidas y soluciones sobre la mesa y ver las que funcionan. Las que no sirvan, se retiran y la que necesite mejoras, que se cambie. El intrusismo y el alquiler ilegal es lo que hay que atacar y debemos apoyar las medidas porque lo que sucede es que una parte del gobierno saca acciones y la oposición no las apoya. En vez de aportar, machacamos y esa no es la solución. Tenemos un problema tan gordo en la isla que todos debemos arrimar el hombro. Lo llevo diciendo desde el primer día. Hay que olvidarse de los colores y trabajar para la gente que vive en la isla. Hay que ir todos a una.

—Se negocia ahora el convenio de hostelería.
—Estamos en plena negociación y desde CCOO lo estamos diciendo: afortunadamente, las temporadas en Ibiza se están alargando. Estamos desestacionalizando y se comienzan a ver temporadas de hasta ocho meses. Hay que adecuar los llamamientos a los tiempos reales de trabajo porque estamos cambiando el mercado laboral en los hoteles y hay que subir salarios. A los empresarios no les gusta, pero es que ha llegado un momento en que los trabajadores no podemos tirar más de los ahorros porque los estamos agotando pagando alquileres y comprando en supermercados. Hay que repartir y compartir beneficios.