En torno al 40% de la pradera de posidonia oceánica de Porroig y Cala Vedella está muerta

El GEN y ‘Xarxa Posidònia’ presentan los resultados de su estudio para el municipio de Sant Josep

Xisco Sobrado y Elena Burgos, durante la presentación en Sant Jordi.

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El GEN-GOB, en colaboración con Xarxa de Posidònia, presentó este jueves por la tarde, en las oficinas municipales de Sant Jordi, el resultado de los estudios realizados a lo largo del 2024 sobre el estado de la pradera de posidonia oceánica en el municipio de Sant Josep.

En este estudio se concluye que hay zonas costeras del municipio que presentan un elevado porcentaje de praderia muerta, como podrían ser Porroig, con un 40%, o Cala Vedella, con zonas que se elevan hasta el 44%. Aunque pueda parecer que no es tan elevado si se compara con los resultados presentados el miércoles sobre la bahía de Talamanca, donde se observaba que hasta el 60% de esta pradera está muerta, sigue siendo un dato preocupante. Y es que, tal y como explicó el ponente Xisco Sobrado, representante del área marina del GEN-GOB, «un porcentaje de pradería muerta por encima del 20% ya supone una serie de implicaciones muy negativas para la posidonia».

Los estudios se realizan mediante parcelas de seguimiento, que se dibujan sobre la superficie marina mediante un equipo de buceadores. Sin embargo, muchas veces esas estaciones, a través de las cuales se mide desde la densidad de tallos por metro cuadrado, su crecimiento anual o su estado de conservación, muchas veces esas estaciones se pierden por culpa de los fondeos.

Precisamente esos fondeos ilegales son la gran amenaza para esa pradera de posidonia. Y es que en los más de seis años que lleva en funcionamiento en el estudio -las mediciones comenzaron en el 2019- los índices de conservación -el porcentaje de pradera muerta respecto al porcentaje de pradería viva- han empeorado en las parcelas de seguimiento.

El resultado, sin embargo, es irregular. Y es que las mediciones de la entidad ecologista se realizan en dos estaciones diferentes: a cinco y a 10 metros de profundidad.

Mientras que las primeras, a cinco metros de profundidad, mejoran sus datos en la mayoría de los casos, las que se encuentran a 10 metros de profunidad los empeoran.

La repercusión que tienen los fondeos ilegales se observa a la hora de comparar las zonas más tensionadas por el trafíco de embarcaciones, como son Cala Vedella o Porroig, frente a zonas como Cala Roja, que presenta unos valores de densidad, cobertura y procentaje de pradera viva más elevados que las otras estaciones.

Las dos estaciones del Govern balear, ubicadas en s’Illot des Cargoler y en Es Vedrà, también presentan unos mejores índices de conservación -con un 27% y 18% de porcentaje de posidonia muerta respectivamente- que las zonas con mayores factores antrópicos.