Interior de las instalaciones de Toro Mar tras ser desalojados los okupas que vivían en ellas desde hace meses.

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En Toro Mar ya no se puede hacer nada. Así de contundentes se expresan desde el Ayuntamiento de Sant Josep después de que la propiedad de este recinto, ubicado en pleno Parque Natural de ses Salines, asegurara a Periódico de Ibiza y Formentera que está estudiando la viabilidad de usar las instalaciones como «escuela benéfica».

El Ayuntamiento de Sant Josep otorgó una licencia en 1987 para bar y picadero que a día de hoy carece de vigencia ya que no se han llevado a cabo las actualizaciones correspondientes de la licencia de actividad, apuntan desde el consistorio ‘josepí’.

En cuanto a su situación urbanística, en 2022 se obtuvo el certificado de final de obra de los derribos de las construcciones ilegales que la justicia ordenó demoler en diciembre de 2013, por lo que se entiende que las edificaciones existentes son las mismas que obtuvieron la licencia de actividades en 1987. En cualquier caso, desde el Ayuntamiento de Sant Josep aseguran que la situación del Toro Mar «no es legalizable al amparo de la ley de simplificación», que permite legalizar construcciones cuyas ilegalidades urbanísticas hayan prescrito previo pago de una sanción.

Esta normativa establece que no podrán acogerse a esta legalización extraordinaria construcciones que estén sujetas a la previa declaración de interés general, que sería el caso del Toro Mar, al estar situado en una zona con máxima protección ambiental.

El pasado lunes se llevó a cabo el desalojo de 15 personas de vivían en el recinto Toro Mar desde hace varios meses. La empresa Guardians Control estableció un control de acceso este lunes a las 11.00 horas, de manera que todo aquel que saliera ya no podía volver a entrar a las instalaciones. Un dispositivo que se dio por concluido a las 13.00 horas del martes. Los moradores tenían varios perros y gallos de pelea que han pasado a ser custodiados por Natura Parc.

El establecimiento, que cuenta con una pequeña plaza de toros en su interior, fue devuelto a su propietaria, la empresaria Nieves Carmona. Después de dos intentos fallidos, el equipo de Guardians Control pudo concretar la salida de los okupas con el mismo método que llevó a cabo días atrás en el complejo turístico Bellevue del Port d’Alcúdia.

La propietaria de Toro Mar señaló a este rotativo que su intención es crear una fundación y montar «una escuela benéfica de niños». «Ahora voy a ir poco a poco, voy a sacar los papeles de todo. Ahí no se pueden hacer discotecas ni nada de eso, solo cosas para los jóvenes», afirmó Nieves Carmona, quien apuntó que un ingeniero y un arquitecto de la isla ya están trabajando en este asunto.

En 2002 el Toro Mar también fue noticia al iniciarse la demolición de la estructura de lo que pretendía ser la discoteca Trancedance, promovida una década antes por una empresa de los Países Bajos.

El recinto de Toro Mar se encuentra a pocos metros de los estanques de las salinas, muy cerca de la iglesia de Sant Francesc. Un espacio natural altamente protegido, por lo que la normativa territorial y medioambiental restringe muchos los usos en pleno parque natural.