El pasado mes de mayo, en la reapertura del Teatro Pereyra, numerosos asistentes reconocían añorar tiempos pasados en los que iban a este emblemático espacio para disfrutar de los últimos estrenos cinematográficos. Lo que difícilmente muchos podían imaginar es que en el Pereyra el cine regresaría por todo lo alto y con un gran éxito de asistencia, aunque no para disfrutar de una de las películas de moda, sino para revivir las aventuras de Spencer Tracy y Freddie Bartholomew en Capitanes intrépidos.
El film, de 1937, narra la historia de un malcriado niño de diez años que durante una larga travesía cae al mar y es recogido por un pescador con quien debe pasar varios meses.
Vicent, junto a su mujer, recordaba justo antes de entrar en la sala cómo, siendo pequeño, todos los domingos iba al cine al Pereyra. Gracias a una invitación del Club Náutico Ibiza, pudo ayer rememorar aquellos tiempos. También el historiador Pere Vilàs reconoció sentir una emoción especial por vivir «una doble celebración». En primer lugar, porque con el cine se recupera una gran actividad en el Pereyra «que ha quedado fantástico» y, en segundo lugar, porque con la proyección de ayer comenzaron los actos del centenario del Club. En este sentido, Vilàs recordó que su abuelo fue uno de los directivos fundadores de la entidad y son ya cinco las generaciones de su familia socias del Náutico.
«Vi esta película con 12 o 13 años», afirmó también.
El propietario del Pereyra, Pedro Matutes, destacó cómo en el teatro «nació el cine en Ibiza», siendo la sala de la isla que más tiempo ha estado en funcionamiento. «Es recuperar una instalación y una tradición que, de alguna forma, se había perdido. Hoy en día no se ven cines en España que lo hayan dejado de ser y que vuelvan», insistió Matutes, quien destacó cómo la película Capitanes Intrépidos se ajustaba muy bien a los valores del Club al ser la historia de un niño que se educa en contacto con la gente del mar.
Luisa, socia del Náutico, se mostraba también emocionada antes de que comenzara la proyección por volver a disfrutar de una película en la sala del mítico teatro.
Desde el club ibicenco, Vicent Canals agradeció a la familia Matutes la oportunidad que les brinda al poder celebrar en el Pereyra el centenario, con un acto central que tendrá lugar el próximo 27 de febrero. «No había tarde de domingo en que no viniera al cine al Pereyra, por eso siento una emoción especial», insistió.
Sobre la situación actual del Náutico, Canals aseguró que, en términos marineros, el Club está ahora «en el varadero, rearmándonos para participar en el próximo concurso que será en unos años y seguir vivos con toda nuestra actividad social y deportiva».
Cabe recordar que el Pereyra acogió su primera proyección cinematográfica en 1904 cuando estrenó Vida y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, una película francesa de 45 minutos de duración. El séptimo arte estuvo presente de manera interrumpida en la sala de la Marina hasta 1988, cuando echó el cierre.
La proyección de Capitanes intrépidos inauguró ayer un ciclo en el que todos los martes de invierno habrá proyecciones. Responsables del teatro avanzaron que las películas serán modernas y su pase servirá también para dinamizar la zona durante la temporada baja.
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