El taller que Jimmy Pons ha impartido en Ibiza, organizado por el Consistorio, atrajo mucho la atención. | Irene Arango

Cree que ser experto en una materia que cambia a la carrera es complicado, aunque lo cierto es que Jimmy Pons (Ciutadella, 1965) está considerado como uno de los grandes especialistas en Innovación y Nuevas Tecnologías. Pons es una de las personas que imparten el curso organizado por el Ayuntamiento de Eivissa para que los ciudadanos, comerciantes y pequeñas empresas del municipio se vayan familiarizando con el uso habitual de la Inteligencia Artificial (IA). Más de 30 personas se han inscrito en la iniciativa.

—¿Qué valoración puede hacer del curso que está impartiendo en Ibiza?
—Son varias sesiones y ha sido desarrollado para que cualquier persona sin conocimientos pueda aprovecharse de esta formación. Hay gente que no sabía nada y ahora ya estamos entrando en un nivel avanzado.

—Uno de los objetivos era formar sobre la aplicación de la IA en el sector comercial.
—Hoy en día, la tecnología se está democratizando cada vez más. Antes era sólo accesible a las grandes empresas porque era costosa y tenías que tener muchos conocimientos sobre el tema. Poco a poco, con las redes sociales o Internet, ha habido un cambio y ahora la IA lo viene a reforzar más. Al final, la tecnología es cada vez más accesible y económica porque, hoy en día, puedes usar sistemas muy potentes que están en la nube como los ChatsGPT y son 25 euros al mes. Eso es accesible para cualquier pequeña y mediana empresa o para cualquier autónomo. El curso, además, se basa en hablar con las máquinas. Yo siempre digo que damos cursos de idiomas porque lo que verdaderamente aprendemos es cómo yo le pido a una máquina que haga lo que quiero. En mis clases siempre pongo el mismo ejemplo: si tengo un empleado o colaborador y no le explico las cosas bien o se lo digo en chino, no hará correctamente su trabajo. La gente debe entender que es muy importante comunicarse con las máquinas.

—¿Por qué asusta tanto la IA?
—Primero, por desconocimiento o porque no comprendemos que es muy fácil usarla y sí lo es porque la tecnología ha avanzado mucho. En segundo lugar, hay un miedo a pensar que nos va a quitar el trabajo o nos va a suplir. Yo siempre digo lo mismo cuando me preguntan si la IA va a quitar trabajos. La respuesta es que no y quien los quitará será otro ser humano que la sabe utilizar. Es una herramienta que nos ayuda a ser más efectivos, rápidos y productivos, y hacer un mejor trabajo, siempre que seamos capaces de comunicarnos bien con las máquinas.

—¿Qué nivel se ha encontrado en Ibiza, donde para muchas cosas se va por delante?
—No es un tema sólo de Ibiza. Viajo mucho y es común que la gente desconozca las posibilidades de la IA. El Ayuntamiento de Ibiza, en esto, ha sido pionero porque ha pensado que esto ha llegado para quedarse y es viable para el comercio y la pequeña empresa y hay que darle las mismas oportunidades. Se trata de democratizar el acceso a la tecnología punta y allí el Ayuntamiento se animó a hacer este curso, que no es que sea algo básico, sino que se incluyen temas que van de 0 a 100, hablando incluso de automatizar procesos y de que las máquinas hagan parte de nuestra labor, pero no para quitar puestos de trabajo, sino para que ese comercio pueda centrarse en innovar y atender mejor al cliente, que es para lo que estamos nosotros, no para hacer cosas rutinarias que no aportan valor. Para eso hay que entender la IA.

—Todavía se tiene la percepción de que es algo sólo al alcance de grandes firmas.
—Cualquier empresa puede aprovecharse de la Inteligencia Artificial. Yo comencé en 2016 y, a día de hoy, no conozco ninguna empresa que no pueda aprovechar su potencial. Todos podemos aprovecharlo.

—¿Qué consejos lanzaría al pequeño comerciante de Ibiza?
—Lo primero es tener ganas de aprender y para eso hay estos cursos. Hay que perder el miedo a interiorizar todo esto. La IA funciona muy bien cuando se tienen ‘prompts’, que son las órdenes que se le da a la máquina. Es como si uno tiene instrucciones para trabajar y deben estar bien escritas. Hay que decirle a la máquina cómo es el procedimiento para que se pueda automatizar. Además, hay que tener claras esas instrucciones; ponerlas por escrito y, por último, saber que no basta con un curso. Siempre digo que los contenidos que damos son como un yogurt y tienen fecha de caducidad. Va todo tan rápido que, porque se haga un curso, no servirá de nada porque casi todas las cosas habrán cambiado. Debe existir esa necesidad de aprender.

—Se le debe entonces perder el miedo.
—Totalmente. Cuando se descubrió Internet provocó un cambio sobre las necesidades en las empresas a realizar una transformación y ello obligó a pasar del papel a lo digital. Ahora, estamos en un momento en que las empresas deberán transformar su cultura integrando la IA. Todo el mundo tendrá que usarla y deberá implementarse en todos los sectores. Yo comencé con Internet en 1996 y comprábamos libros. Ahora, se hacen cursos porque son necesarios. Son cosas que han ido sucediendo en los últimos 30 años. Hay que perderle el miedo a la IA y entender que es sencilla, siempre que uno se forme.