Los cascotes caídos por culpa del rayo sobre el tejado de una de las edificaciones de la antigua ladrillera. | Toni Planells

La icónica chimenea de Ladrilleras Ibicencas se ha visto gravemente afectada por el impacto de un rayo durante la tormenta del pasado día de Nochevieja. «Entre las 19:30 y las 20:00 horas nos saltó la alarma de que se había ido la luz», explica Vicent Serra, uno de los propietarios del veterano negocio, para precisar la hora exacta de la descarga eléctrica que provocó una grieta que recorre más de la mitad de los 30 metros de altura de la estructura en su cara oeste, opuesta a la carretera.

Desde la carretera también es fácil apreciar los desperfectos en la parte superior de la chimenea, así como restos de ladrillo esparcidos en el tejado. Desde el interior de la nave, en desuso desde 2015, se observan multitud de desperfectos en el techo provocados por los ladrillos de la chimenea tras el impacto del rayo. Los restos de la construcción permanecen esparcidos por el suelo de la nave, ahora acordonada.

«No nos dimos cuenta hasta el día siguiente, pensamos que simplemente se había ido la luz y, a esa hora del día de Nochevieja, no le dimos más importancia», reconoce Vicent, mientras Antonio, su hermano y copropietario de Ladrilleras Ibicencas, admite que «la misma mañana del día 1, cuando pasé por delante con el coche, no me di cuenta». «Estamos todos tan acostumbrados a que esté allí que ni levantamos la cabeza cuando pasamos por delante», añade Antonio.

«El mismo día 2 dimos aviso al Ajuntament de Santa Eulària, que enseguida se puso a hacer estudios y estamos en constante contacto», explica Vicent, quien, por el momento, admite que «estamos a la espera de los resultados de los informes técnicos para ver qué se puede hacer».

«Al tratarse de una empresa privada, desde el Ayuntamiento estamos a la espera de que la propiedad, tras recibir los informes técnicos, decida solicitar, o bien una licencia de demolición, o bien una de restauración. Se trata de una construcción protegida, pero no se puede valorar ninguna opción antes de tener el informe técnico», declaran desde el Consistorio de la Villa del Río al respecto.

La descarga del rayo, además, estropeó varios elementos electrónicos e informáticos de la empresa; sin embargo, el daño más grave lo sufrió la icónica chimenea, que forma parte del paisaje de Can Clavos desde hace más de seis décadas.

La imponente estructura de 30 metros de altura, construida sobre una base octogonal de un metro por cada uno de sus lados, se levantó «entre 1956 y 1960», asegura Vicent, quien recuerda que «Toni de Cas Corb, uno de los que la construyó, vino a visitarla poco tiempo antes de fallecer».

Tanto Vicent como Antonio son de Can Planes, la familia que fundó la alfarería que llevaba su nombre, junto a la desaparecida cantera, hace tres generaciones. «Nuestro abuelo, Toni ‘Planes’, montó el horno de alfarería y, años después, nuestro padre, Vicent, se asoció con la alfarería que llevaban juntos Daifa y Rafal, y construyeron allí el horno todavía más grande con esta chimenea. Ladrilleras Ibicencas S.A. se fundó en 1962», explica Vicent respecto al origen de su negocio y la construcción de la icónica estructura que estuvo funcionando hasta 2015.

«De momento, estamos a la espera de la solución definitiva, en conversaciones con todas las administraciones habidas y por haber, y todas se están portando muy bien», admiten los Serra respecto al futuro de la chimenea de Ladrillera. Un futuro que condicionará el que ha sido el elemento más icónico del paisaje de Can Clavos durante más de seis décadas.