Fuentes sindicales afirmaron que ninguna mejora será suficiente si no hay una dotación de más recursos. «Porque se cambie de nombre, ello no va a suponer que el trabajo descienda y que bajen las causas pendientes. No es la forma de dar solución a los problemas actuales de la Justicia», señalaron desde el CSIF.
Para el sindicato, los cambios previstos se traducirán simplemente en contar con nueva cartelería, si no se refuerzan los recursos.
CSIF criticó además que esta modificación se impulsó sin ningún tipo de negociación con las fuerzas sindicales: «Pensamos que, de manera atropellada, sólo se ha impulsado en una fase política y no ha habido ninguna negociación».
Al igual que el magistrado González Malabia, lamentaron también la falta de instrucciones y pautas a seguir a la hora de implantar los cambios puesto que se dispone de un límite de tiempo para que éstos sean una realidad. «Estamos a la expectativa. En una primera fase ningún órgano de Baleares se ve afectado, por lo que queremos ver qué puede pasar en lugares donde sí se van a poner en marcha estas modificaciones. No va a contribuir a nada y siempre que se cambian cosas, sabemos que cuesta poner en marcha la maquinaria. Nos tememos que habrá más retrasos», insistieron.
Según detalló el juez decano, desde ahora no va a existir un juzgado de instrucción o de primera instancia, sino que habrá un único Tribunal de Instancia, creándose además dos secciones: la de instrucción, donde serán incluidos todos los juzgados de este tipo, mientras que los de primera instancia pasarán a formar parte de un único tribunal civil. Además, se crearán secciones especializadas como una de penal y de violencia de género.
Con sólo cambiar la denominación «no se solucionará nada», teniendo que ver además cómo se podrán ejecutar estas modificaciones en la práctica, «algo bastante complicado», según manifestó a este rotativo el juez.
González Malabia recordó que ahora todo está ideado según trabaja en la actualidad la Administración de Justicia, con una distribución de edificios y de plantas, además de la cartelería, que desde ahora no servirá. «Son modificaciones absurdas. Siempre lo comparo con un bar, donde sólo hay cuatro camareros, pero cada vez más mesas que atender. Podemos girar las mesas, cambiarlas de sitio, pero hasta que no se incremente la plantilla, nada mejorará», lamentó el magistrado, señalando además que se viene de una reciente reforma procesal con la que se pretendió agilizar trámites, «aunque todo son pequeños parches».
En este sentido, reiteró que cada año aumenta la litigiosidad, los jueces emiten más sentencias, «pero siempre entra más de lo que sale». González también apuntó a la carga económica que estos cambios conllevarán «porque nunca se ha invertido en Justicia».
1 comentario
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No puedo estar mas de acuerdo. Algunos son especialistas en marear la perdiz, o como se dice actualmente, en chupar cámara. Mas recursos y menos politiqueo.