—¿Cómo llegó a ser investigador del CSIC?
—Como físico estuve trabajando anteriormente en otra disciplina: los aceleradores de partículas. Después, me atrajo mucho la idea de trabajar en el I3M por la aplicación médica puesto que ha había tenido contactos con sistemas de terapias de protones para aplicaciones oncológicas. Hace unos diez años cambié de disciplina y, desde entonces, buscamos una nueva técnica que se llama ‘imagen fotoacústica de aplicación médica’ de la que no se ha oído hablar antes y que sería comparable a la resonancia magnética nuclear o los ultrasonidos. Sin embargo, esta técnica es novedosa y nada invasiva y somos pioneros en España. Es una técnica que comienza a darse a conocer, aunque todavía no tiene aplicación clínica puesto que se encuentra en etapa de investigación experimental.
—¿Desde cuándo trabajan en el proyecto?
—Llevamos con él tres años a través de fondos de la Generalitat Valenciana -unos 320.000 euros- y hemos desarrollado ya el prototipo para intentar crear imágenes de melanomas. Es un prototipo diferente porque es capaz de penetrar varios milímetros, lo cual es mucho. Precisamente, en los melanomas es importante saber cuánto profundizan porque es su característica diferenciadora de los lunares. En el mercado no hay nada parecido a esta técnica y, además, es de bajo coste, hasta 50 veces inferior a lo que actualmente hay.
—Ya se han logrado imágenes en 3D de melanomas.
—Trabajamos guiados por los médicos, oncólogos y dermatólogos, porque ellos son los que deben decirnos cómo desarrollar la tecnología puesto que nosotros somos científicos. Hemos iniciado conservaciones con el Instituto Valenciano de Oncología, aunque no hay aún nada en firme. Hay que recordar que, cuando los médicos ven un lunar sospechoso, suelen quitarlo y biopsiarlo y eso tarda mucho tiempo, incluso meses. Si se puede lograr mucha más información, eso tiene un gran valor. Ahí sí que ayuda al diagnóstico precoz del médico. Otro aspecto positivo es a la hora de hacer seguimientos posteriores a la extracción del tumor porque podemos ver si quedan restos de células tumorales. Es una gran herramienta y, de hecho, no somos los únicos que estamos detrás de ella, aunque nosotros intentamos hacerla comercial para trasladarla a las clínicas. Podemos decir que ya hemos dado el pistoletazo de salida y trabajamos en el prototipo. Ahora lo publicaremos a nivel internacional. También debemos decir que lo hemos probado en melanomas inducidos en ratones y el siguiente paso es aplicarlo en humanos y mejorar las características técnicas.
—Los profesionales médicos lo habrán recibido con los brazos abiertos.
—Sí, están receptivos. En marzo presentamos nuestras líneas de investigación al IVO (Instituto Valenciano de Oncología). Fuimos y les mostramos lo que teníamos y allí nos contactaron dermatólogos y oncólogos para decirnos que les gustaba el proyecto y que querían hablar más. El problema es que los médicos están muy ocupados y es complicado que escuchen a los ingenieros. Nos oyen con ilusión, pero también con precaución. Algunos médicos son más escépticos, aunque es lógico porque la técnica empieza por poco y va avanzando. Es factible, posible, y los profesionales están receptivos, aunque suelen usar unos métodos de diagnóstico y sacarlos de ahí tampoco es fácil..
—¿Se invierte lo suficiente en la investigación contra el cáncer?
—No. Nunca es suficiente y es una pregunta que muchas veces nos hacen. La investigación tiene muchos frentes, desde el trabajo de informáticos al de físicos o biólogos. Es el ámbito de toda la ciencia. Particularmente en España, cuando nos conceden una subvención, nos someten a un control burocrático excesivo, a muchas tareas desalentadoras, y no nos dejan avanzar. Debemos clasificar un proyecto por partidas y lo tienes que presentar a tres años vista. El dinero lo dan muy condicionado y eso es ineficiente y provoca que se pierda mucho dinero debido al control burocrático. En todos lados hay burocracia, pero en España los trámites son excesivos. Tenemos este gran obstáculo y siempre pedimos un modelo más de confianza, más simple. Los modelos de subvenciones que vienen de Europa se basan en ello, dejando el dinero según las necesidades planteadas, dando más libertad, y después hacen la auditoría. Deben dejar a los investigadores más flexibilidad, también para poder contratar personal porque yo mismo he estado en situaciones precarias. Otra vez aquí la Administración es muy restrictiva y además pagan salarios que no son gran cosa. Por eso, todos se marchan fuera. Yo mismo he estado trabajando fuera y cobras de tres a cuatro veces más.
—Es decir, se sigue produciendo esa fuga de talento.
—Sigue así. La ciencia tiene un crecimiento lento. Con el Covid nos acordamos mucho de esa fuga de cerebros, pero siempre ha sucedido. Muchos países tienen más claro que la ciencia y la investigación son fundamentales. En España, desgraciadamente, eso siempre ha estado ahí. La gente quiere desarrollar su trabajo con dignidad y cierta normalidad y, al final, se van fuera porque hay mejores condiciones.
—¿No desanima que hoy en día se haga más caso a los ‘influencers’ que a científicos que pueden salvar vidas?
—-No pasa sólo entre nosotros, sino que afecta a toda la sociedad. Yo veo lo que mis hijos consumen e intentamos ofrecer alternativas porque es muy poderoso cómo atraen nuestra atención. La juventud se ve deslumbrada por ello. Es cierto que la carrera científica es vocacional. En la universidad hay mucha gente que se quiere dedicar a ello más allá de ser tiktoker.
6 comentarios
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CatxorrilloNo veis k ho fa per emprenyar!. És un poc carbonet .🤣🤣🤣
Nick SonLa tontuna del día
Ojalá los fondos para sus investigaciones no se los gaste algún alto cargo político en subirse el sueldo o comprar obras de arte cómo la directora del centro nacional contra el cancer
Nick SonTu ets ase i encara no ho saps.
Enhorabuena buena a este excelente científico, siempre es un orgullo que el talento español despunte y logré éxitos. Sin embargo, tengo que señalar que sus apellidos no son autóctonos de la isla, por lo que es más adecuado decir que es nacido en Ibiza en lugar de decir que es ibicenco.
A ver si toman nota las Instituciones y en lugar de derrochar el dinero público en campañas para promocionar "luxury events" y pagar viajes a los dirigentes de sus respectivos chiringuitos, se lo gastan en ayudas para proyectos científicos que destaquen. El caso de la noticia es un buen referente