Imagen de archivo de un camión usando uno de los dispensadores de agua de una desaladora.

La situación de sequía que atraviesa Ibiza y la falta de infraestructuras hídricas adecuadas ha llevado a las administraciones a poner en marcha distintas medidas con el fin de afrontar la grave situación.

Medidas que afectarán tanto a residentes como a turistas pero que se tendrán que adoptar teniendo en cuenta que los grandes consumidores de agua han de hacer el mayor esfuerzo. De ahí que el Consell de Ibiza defienda acciones como, por ejemplo, que el riego de los grandes jardines de las villas de la isla se lleve a cabo con agua regenerada y no con desalada o con la procedente del subsuelo, como se está haciendo ahora. «El agua desalada», ha advertido el presidente insular, Vicent Marí, «debe ser para consumo humano».

«La política hídrica del Govern en las anteriores legislaturas», ha lamentado Marí en referencia a los gobiernos autonómicos de la socialista Francina Armengol, «se basaba en confiar en que lloviera. Si llovía, no hacían falta infraestructuras de abastecimiento. Pero eso es una mala política y ahora estamos en situación de sequía persistente». Una situación que está afectando especialmente al campo ibicenco, donde «las perforadas se están secando». «Se han recogido más de 6.000 firmas denunciando la situación y yo felicito a los que han firmado porque es denunciar que nos estamos quedando sin agua», ha explicado el presidente en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera, «esto significa la desaparición de la agricultura en la isla. La situación es muy grave y a veces no somos conscientes de que estamos consumiendo un recurso muy escaso, muy difícil y caro de producir. Tenemos que ahorrar al máximo».

En esta situación, el Govern, el Consell y los ayuntamientos están trabajando desde hace meses en diferentes proyectos: «Para consumo humano tenemos que hacer los proyectos de la ampliación de la desaladora de Santa Eulària y construir la cuarta desaladora. Hay que dejar descansar los acuíferos.

Pero hacen falta infraestructuras de regeneración de agua. El Govern trabaja en tres plantas de regeneración de agua, que producirán cada una de ellas 500 toneladas. Este agua se tiene que usar para riego de jardines, por ejemplo. En el caso de la nueva depuradora, hay que resolver antes el problema de la salinidad. Y el agua tiene que tener unas condiciones higiénicas muy claras. Este agua puede usarse para el riesgo de jardines públicos, pero también privados. Los jardines de las grandes mansiones deben regarse con este agua y el agua desalada ha de ser para consumo humano».

Restricciones al consumo

Sobre la posibilidad de que haya restricciones al consumo en los próximos meses, el presidente ha señalado que confía en que no haya que tomar medidas drásticas. Pero ha dejado también claro que los ciudadanos han de prepararse «para lo peor». «Las tres desoladoras van al límite», ha recordado, «y la cuarta y la de Santa Eulària no estarán hechas en 2025. Hemos de ser muy exigentes con el uso que se dé al agua».

Marí también ha subrayado que el tener o no acceso al agua no puede depender exclusivamente de poder pagar pues «se trata de un recurso que hay que respetar al máximo y darle un uso más eficiente». De ahí que el presidente haya avanzado que «las restricciones empezarán en esos puntos de grandes consumidores que no usan el agua para consumo humano sino para usos como el riego de jardines». Y es que, ha añadido, hay que evitar a toda costa el despilfarro porque «aunque la puedas pagar, no puedes quitarle el agua a otras personas que la necesitan para vivir». Así, está previsto que se aprueben normativas que obliguen a los grandes consumidores a tomar medidas, pero también, desde la Dirección General de Recursos Hídricos balear, se trabaja ya en la instalación de contadores a estos grandes consumidores. La idea es llegar a instalar 6.000 de estos dispositivos para tener «monitorizado en todo momento la cantidad de agua que se extrae del subsuelo».