El puente de diciembre, aunque este año más reducido al caer el día 8 en domingo, sigue descubriendo los encantos del invierno ibicenco a quienes, desde distintos puntos de la Península, se disponen a hacer una escapada durante estas celebraciones del aniversario de la Constitución y de la Virgen de la Inmaculada.
Desde La Torre Esteban Hambrán, un pueblo de Toledo, aterrizaban la misma mañana del día de la Constitución un grupo de siete amigos. «El vuelo nos ha salido muy barato, 36 euros, y el hotel no llega a los 100», comentaba Nacho que, junto a Eli, Irene, Tania, Paula, Núria y Javi, se dispone a descubrir la isla por primera vez durante este fin de semana. «No tenemos más planes que conocer la isla. El primer día conoceremos la ciudad y mañana recorreremos la isla para ver las cañitas y las playas cuando no están masificadas», explicaba Eli mientras Irene aseguraba que «no venimos a buscar fiesta, pero si encontramos algo nos apuntamos, claro». «Nos hemos levantado a las cinco de la madrugada, no creo que tengamos muchas energías para fiesta», matizaba Paula entre risas.
Entre los planes que este grupo tiene claros en su agenda hay uno marcado en rojo: «ir a ver la puesta de sol y Es Vedrà, nos han contado que es espectacular», tal como explicaba Tania.
José Francisco y Mari Carmen llegaron la tarde del jueves desde Almería y aprovechaban su primera mañana en Ibiza para pasear por Dalt Vila. «Nos gusta conocer los lugares turísticos fuera de temporada, cuando hay menos gente», explicaba Mari Carmen mientras justificaba que «para bañarnos en la playa ya tenemos las de Almería». Así, esta pareja pretende conocer «el casco antiguo, los pueblecitos y la gastronomía, que nos han contado que es estupenda: llevo una libreta con unos cuantos platos típicos y algunos pueblos que no nos queremos perder antes de marcharnos el lunes por la noche».
Como crítica, desde el Baluart de Santa Llúcia, Mari Carmen opina que «deberían tener esta parte de la ciudad un poco más cuidada, con lo bonita que es», mientras apunta con el dedo hacia Sa Penya.
Montse y Esteban también aterrizaban en Ibiza por primera vez desde Castellón, pese al miedo a los aviones de este último. «Nunca se nos hubiera ocurrido venir a Ibiza, ha sido idea de nuestro hijo Adrián», reconocía Montse, sorprendida y «encantada de conocer la Ibiza tranquila». En su agenda de planes en Ibiza solo tienen uno: «relajarnos». Respecto a las expectativas, la pareja espera «conocer la Ibiza que no sale en la tele y, por el momento, estamos encontrando un lugar de lo más tranquilo», explicaba Esteban. «Solo venimos dos días pero, pese al miedo a volar, no descartamos volver con nuestro hijo», reconocía Montse. Tras hacerse un ‘selfie’ con el cartel recientemente colocado con motivo del 25 aniversario de la declaración de Ibiza como Patrimonio de la Humanidad, la pareja también se mostraba sorprendida: «no teníamos ni idea, pero es un aliciente más a la Ibiza».
Miguel conoce Ibiza de nacimiento, sin embargo, vive con su familia en Cervera, Cataluña, y aprovecha el puente de diciembre para visitar, junto a Conchi, su esposa, y Elia y Joan, sus hijos, a su familia ibicenca. «Venimos de visita, como mínimo, una vez al año», explica el ibicenco afincado en Cervera, que reconoce que «cuando venimos, no tenemos planes más allá de visitar a la familia y pasear por ‘nuestro territorio’». «A mí me gustaría venir más», reivindica Elia.
El grupo que forman Paola, Roxana, Catalina, Valeria y «las dos Rominas» conoce Ibiza también por primera vez. «Somos seis argentinas de Castellón», matizan mientras reconocen que «venimos a la aventura, hemos alquilado una furgoneta y pretendemos ir a conocer calas». Otra de las intenciones de este grupo de amigas en Ibiza es «conocer la gastronomía. Nos han dicho que es deliciosa», tal como explicaba Paola mientras Roxana añadía que «lo que hemos probado es delicioso: un croissant buenísimo con jamón». «Nos han recomendado un restaurante en Vara de Rey, Ca n’Alfredo, para probar la gastronomía de Ibiza», explicaba una de las Rominas, inconsciente de que, si ya consideran que han disfrutado de la gastronomía ibicenca con un croissant, están a punto de descubrir un mundo gastronómico.
El grupo de amigas también expone una mirada crítica ante las expectativas que tenían respecto a la ciudad de Vila: «la verdad es que, viendo lo que sale en televisión, nos esperábamos Las Vegas», reconoce Valeria, mientras Paola opina que «la ciudad parece vieja, un poco descuidada y con poca vida. Aunque, al ser festivo, esperaremos al sábado para dar nuestra opinión».
4 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Se queda corta con descuidada. Y si quitas Dalt Vila Ibiza es más fea que un frigorífico por detrás.
NereaPues a ésta la traería aquí en agosto. Así valoraría lo positivo que es la tranquilidad.
Y es que cuando en esta isla está cerrado el ocio nocturno y el diurno de alcohol y drogas esta es la realidad del calidicado por algunos "el paraiso": "la ciudad parece vieja, un poco descuidada y con poca vida"
"Paola opina que «la ciudad parece vieja, un poco descuidada y con poca vida" Lo.ha clavado , solo ha necesitado unas horas para darse cuenta de la realidad