El hidroavión de ‘Isla Air’ ayer en el puerto de Ibiza. | R.S

Este miércoles ha sido clave para el proyecto de conexión en hidroavión entre las islas, con la primera prueba de vuelo llevada a cabo por la empresa ‘Isla Air’. Las actividades, que comenzaron el martes 5 y culminaron el miércoles 6 de noviembre, se han realizado en el puerto de Palma y en la bocana del puerto de Ibiza, en la zona de Es Daus, con el objetivo de testar las condiciones de amerizaje y despegue en diferentes escenarios. Estos ensayos marcan un paso importante en un proyecto que lleva seis años en desarrollo y que recientemente ha obtenido los permisos de la Autoridad Portuaria de Baleares y la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA).

Si bien Isla Air aspira a establecer una conexión regular entre Ibiza y Palma y, potencialmente, expandirse en el futuro a Menorca y Formentera, así como a la Península, este avance dependerá de los resultados de estas pruebas y de la viabilidad económica y operativa que presenten las rutas. Hasta ahora, la empresa ha invertido aproximadamente siete millones de euros para adquirir los hidroaviones, establecer infraestructuras en los puertos y cumplir con los requisitos regulatorios. Por el momento, el foco se centra en los ensayos entre Palma e Ibiza.

El miércoles, las condiciones meteorológicas en Ibiza dificultaron que medios de comunicación participaran en el vuelo de prueba, resaltando la importancia de ajustar las ubicaciones de operación en caso de condiciones adversas. Toni Jiménez, portavoz de Isla Air, explicó: «Estas pruebas nos han permitido analizar que, en condiciones meteorológicas adversas, la localización de Es Daus podría no ser la más adecuada, por lo que consideraremos otras alternativas».


Operación sostenible

La empresa planea que, en caso de que el proyecto avance, las conexiones en hidroavión incluyan cinco frecuencias diarias en la ruta entre Palma e Ibiza con aviones 9H Palma Twin Otter, que tienen capacidad para diecinueve pasajeros y dos pilotos. La duración del trayecto sería de unos treinta minutos, lo que haría de este servicio una opción competitiva con los actuales desplazamientos marítimos y aéreos.
Isla Air subraya el bajo impacto ambiental que tendrían sus operaciones en comparación con otros medios de transporte, al no requerir más infraestructura que un pantalán flotante en puertos ya existentes y sin necesidad de anclajes o vertidos. Jiménez destacó que el modelo de operación busca ser ligero y eficiente: «Es una operación sencilla; el pasajero solo debe presentarse en el pantalán con media hora de antelación, escanear su billete y maleta y embarcar».

En caso de éxito, este servicio podría dar solución a la histórica desconexión de Formentera, aunque su inclusión en la red dependerá de futuras negociaciones y estudios de viabilidad. Además, Isla Air ya ha obtenido acreditación ante las autoridades y dispone de dos hidroaviones matriculados, con las certificaciones necesarias en el marco de la Unión Europea.

Este proyecto de Isla Air ofrece una promesa de conectividad inédita para Ibiza, que, si logra superar las pruebas y cumplir con las condiciones de seguridad, podría convertir la isla en un nodo clave de vuelos rápidos y sostenibles.