Jesús Saura, de 58 años, quería volver a disfrutar del camino de Santiago. En esta ocasión, había optado por hacerlo desde la ciudad portuguesa de Oporto junto al párroco de Formentera y otras personas. Sin embargo, Jesús lleva desaparecido varios días.
Su hijo Alejandro, quien reside en Xátiva (Valencia), partió ayer mismo hacia Oporto llevando unos 200 carteles con la imagen de su padre para repartir por la zona, intentando recabar también toda la información posible sobre la desaparición.
Según relata Alejandro a Periódico de Ibiza y Formentera, su padre Jesús y el resto del grupo se marcharon el pasado lunes a Portugal, llegando al país sobre las 20 horas. Tras dormir todos juntos en un albergue, los excursionistas comenzaron la primera etapa del camino.
Al llevar un ritmo un poco más lento, Jesús quedó rezagado, aunque iba manteniendo en todo momento contacto telefónico con el párroco. «Yo hablé también con mi padre durante la mañana del martes y fue la última vez que contactamos. Ese día, sobre las tres y media, el párroco y él volvieron a hablar y mi padre estaba bien y disfrutando», relata Alejandro.
Sobre las 17.00 horas, Jesús explicó al sacerdote que había cogido un taxi para dirigirse al albergue, aunque no tenía clara la dirección. Sobre las 19.00 horas, ambos volvieron a contactar y Jesús le dijo que, en autobús, se estaba dirigiendo a una zona llamada Queixada para dormir allí. El miércoles, tanto el hijo como el párroco intentaron hablar con él y Jesús ya no respondió.
Cabe mencionar que Alejandro es el tutor legal de Jesús al estar éste incapacitado.
«El miércoles por la tarde le pedí al párroco que fuera a una comisaría a denunciar la desaparición y allí le dijeron que esa misma mañana mi padre había denunciado el robo de sus pertenencias. Yo también denuncié en Valencia», recuerda este familiar.
Según se pudo saber, los agentes que atendieron a Jesús le recomendaron acudir al consulado español en el país, algo que él hizo, aunque simplemente se llevó un mapa de la zona y no pidió ayuda. El responsable del consulado, que no se percató de que Jesús fuera una persona vulnerable, presentó después una denuncia al saber lo sucedido.
Alejandro, nada más llegar a Portugal, tiene la intención de entrevistarse con el canciller del consulado y con los agentes para ver qué denunció su padre.
La noticia de la desaparición saltó el jueves por la tarde a través de las redes sociales de algunos familiares. Éstos, junto a los amigos de Jesús, se mantienen en vilo hasta conocer qué ha sucedido realmente y cómo se encuentra él.
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