Durante la mañana de este lunes se estaba desmontando el dispositivo del triatlón. | Irene Arango

La prueba deportiva del ‘T100 Triathlon World Tour’ no ha dejado indiferente a nadie a su paso por Ibiza. Durante el fin de semana las retenciones en carretera han sido kilométricas como consecuencia de los cortes de tráfico realizados en los accesos a Ibiza con motivo de dicha prueba. Esto provocó la indignación de decenas de personas, que quedaron atrapadas en alguno de los atascos producidos a lo largo del fin de semana.

Las críticas llegaron hasta tal punto que los organizadores de la prueba deportiva salieron a pedir disculpas por las posibles molestias ocasionadas. La Federación Española del Triathlon señaló que el objetivo era «mantener Ibiza entre los mejores eventos internacionales a Ibiza y con el foco fijado en desestacionalizar el turismo de ocio, fomentando la isla como un destino idílico para el turismo deportivo ».

Por otro lado, y con motivo de esta misma prueba, también se vio afectado el normal tránsito por las calles donde discurría la prueba. Este hecho ha dejado valoraciones muy distintas entre los comerciantes de ses Figueretes, lugar donde estaba ubicado el punto de partida de la prueba.

Valoraciones que son distintas hasta el punto de hablar de uno de los mejores fines de semana de todo el año hasta otros que han tenido que cerrar porque no estaban facturando absolutamente nada. Carmelo Martínez, encargado del bar restaurante Magnus Playa, uno de los tantos locales que se ubican en el paseo de ses Figueretes. Para su comercio, el fin de semana ha sido especialmente bueno en cuanto a facturación «porque ha traído a mucha gente a la zona; había mucho más movimiento del habitual». Indica que, cuando las cosas se hacen bien «también hay que destacarlo». Sin embargo, que a su comercio le haya ido tan bien durante estos días no niega que conozca la situación de lugares que no han corrido la misma suerte apenas un centenar de metros del lugar. «El domingo fue el mejor día del año en cuanto a facturación». Así de categórico se muestra Cedrik, el propietario de Cremat Beach, otro de los establecimientos del lugar que, igual que el anterior, vivió con alegría la celebración del evento, y el consecuente movimiento de gente que se experimentó a lo largo del fin de semana.

En la cara opuesta de la moneda están los establecimientos que vivieron el vallado o la instalación de baños portátiles justo enfrente o de manera contigua a sus entradas y terrazas. Uno de los empleados de un establecimiento que experimentó esta situación indica que «tuvieron que cerrar el local porque no salía a cuenta tenerlo abierto para servir dos cafés». Incide en que prácticamente no podía entrar la gente y que los baños portátiles instalados en el lugar provocaban un hedor muy molesto. Este mismo trabajador ha señalado que toda esta instalación se hizo «sin ningún tipo de aviso previo, ni por parte del Ayuntamiento ni de los organizadores». Además, no se ha tratado solo del transcurso de la prueba sino que los preparativos y la colocación de vallas y otros elementos comenzó el pasado miércoles, lo que provocó una semana perdida en un momento de la temporada que suele ser bueno «por su cercanía con los cierres».

Por último, también existen aquellos lugares que tuvieron un balance neutral a su paso. Son, principalmente, los del principio del comienzo de ses Figueretes, desde la llegada de Platja den Bossa. Si bien vieron cortado el acceso por el camino principal de gente, proveniente del propio paseo, lo compensaron con una afluencia más alta de habitual de gente. Con todo, el resultado se equipararía al de cualquier otro fin de semana.