La noche de este jueves 5 de septiembre de 2024, el hotel Pikes de Ibiza volvió a ser escenario de una de sus fiestas más icónicas, Freddie Rocks, en homenaje al legendario Freddie Mercury. En el día que habría sido su 78º cumpleaños, la velada logró una gran participación y superó todas las expectativas en cuanto a asistencia y recaudación de fondos para la Mercury Phoenix Trust, la organización benéfica que lucha contra el VIH/SIDA.
Con la asistencia de residentes y visitantes internacionales, la fiesta destacó por su ambiente festivo y su compromiso con la causa. El dress-code de la noche, «sin bigote no hay entrada», se cumplió a rajatabla, y los invitados, muchos de ellos luciendo bigotes falsos o dibujados, no tardaron en sumarse al espíritu del evento. La cena especial, que incluyó el plato favorito de Freddie, el pollo Dhansak, fue el preludio perfecto para una noche llena de música y sorpresas.
Además del plato favorito de Freddie, los asistentes a la fiesta también pudieron sentarse, quizás de manera inconsciente, en las mismas sillas de mimbre alrededor de la misma mesa que el propio líder de Queen compró a Tony Pike tras enamorarse de ese mobiliario durante sus vacaciones. Estos muebles adornaron la casa de Freddie hasta que, hace unos meses, Pikes tuvo la oportunidad de recuperarlos en una subasta de Sotheby’s.
Los DJ ambientaron la noche con una mezcla de clásicos de los 80: «el encargo era tocar lo que tocarían en la boda de su mejor amigo». Por supuesto, no faltaron los temas de Queen entre el repertorio de un line-up de djs residentes en Ibiza, desde Ryan O’Gorman a Jason Bye, pasando por Ken Afan, Andy Wilson, Andy BAxter, Jo Mills, Karlos Sense o Willie Graff.
La música resonó en los distintos espacios del hotel, desde la piscina hasta la Plaza Mayor y la icónica sala Freddies. Las emociones estuvieron a flor de piel y los invitados no dudaron en corear éxitos atemporales como We Will Rock You y Bohemian Rhapsody. acompañando las performances que ‘Freddie’ protagonizó tras el piano o levantando al público micro en mano.
El evento también sirvió como un viaje nostálgico al pasado, con los invitados vestidos como Freddie en sus diversas épocas, desde su icónica chaqueta amarilla hasta los atuendos más extravagantes.
Los años 80 también volvieron con la política de no móviles que ha implementado Pikes, que hizo que la energía estuviese en la música, bailar y pasarlo bien sin que el mundo digital se interpusiera.
La combinación de moda, música y filantropía hizo de esta una de las ediciones más memorables de Freddie Rocks en su vuelta al calendario de fiestas imprescindibles en Ibiza tras un patrón de cuatro años tras la pandemia.
La fiesta cerró con un ambiente de euforia y satisfacción generalizada. Una vez más, la combinación de diversión y recaudación benéfica hizo que Freddie Rocks volviera a brillar, cumpliendo el objetivo de honrar a Freddie Mercury de una manera que, sin duda, le habría sacado una gran y bella sonrisa.