Ana Lledó es la presidenta de la AAVV de Talamanca. | Irene Arango

Al frente de la Asociación de Vecinos de Talamanca, Illa Plana, Ses Figueres y Ses Feixes, Ana Lledó (Madrid, 1967) es una líder vecinal atípica. También lo es la propia asociación, que no recibe subvenciones municipales, carece de local propio y se comunica sobre todo por WhatsApp. Lledó presume de que la entidad «tiene ojos y oídos» en todos los barrios a los que representa y defiende, sobre todo, la independencia de la misma. Hablar con Ana Lledó es hablar de los problemas endémicos de esta ciudad: la depuradora, la limpieza, el vertedero de Ses Feixes o el modelo turístico. Temas que nunca se agotan porque nunca se acaban de resolver.

—Usted preside una asociación de vecinos que representa a cuatro barrios de Vila. ¿Qué caracteriza a cada uno de ellos?
— Cada uno tiene sus problemas. Illa Plana tiene un problema urbanístico, que está todavía a medio construir. Cada propietario tiene que hacer su acera y eso es un tema urbanístico. También hay problemas porque las calles son muy estrechas, hay exceso de velocidad, caravanas aparcadas en las puertas de los vecinos… Los fondeos ilegales, que ahora se está poniendo remedio, y el muelle del Argos, que está lleno de basuras y tiene el tráfico de los charters ilegales. En Talamanca los problemas son los olores, las aguas no depuradas, las alcantarillas y la depuradora. En Ses Figueres hay problemas como las aceras estrechas y la falta de limpieza. Y qué le voy a decir de Ses Feixes… Cada uno tiene sus cosas.

—Estas zonas están entre las más caras y lujosas de la ciudad. ¿Influye esto a la hora de hacer barrio?
—Nosotros ahora hemos hecho mucho barrio. Estamos todos muy unidos y luchando con un mismo fin, que es la mejora de nuestros barrios. No tenemos otros intereses, no hay cuotas. Tenemos colaboradores en cada zona y estamos muy unidos. Ahora representamos a miles de vecinos que ven que actuamos y que nuestras gestiones son eficaces. Ahora estamos contentos con el equipo de Gobierno de Vila porque vamos todos en la misma dirección y es más fácil llegar a acuerdos y compromisos.

—Usted me habla de problemas que son cosas básicas como es construcción de aceras. En 2024 eso resulta extraño.
—Sí, son cosas básicas y no es un lujo. Pero el conflicto es que las leyes urbanísticas cambian. Hay calles sin aceras y es difícil de resolver porque cada propietario tiene que hacer su parte. Es una cosa privada pero que se ve afectada por las leyes, que van cambiando. Ahora nos dicen que habría que cambiar la ley para que esto se hiciera como en cualquier barrio. Y los mayores que viven aquí se quejan porque pagan muchos impuestos. Illa Plana es gente de aquí, de toda la vida, y que pagan mucho. Las administraciones nos dicen que todo va lento.

—¿Ustedes hacen fiestas de barrio? Lo digo porque en otras zonas de Vila se hacen y tienen muy buen resultado.
—El Ayuntamiento ha hecho fiestas como las de las hogueras de San Juan. Nosotros llevamos un tiempo que no hacemos nada. Pero hay que hacer muchas cosas y no vemos el momento. Tenemos muchos apoyos y seguimos adelante porque nadie quiere que me vaya (risas).

—Ses Feixes de Talamanca es uno de los pulmones verdes de la ciudad. ¿En qué situación se encuentra?
—No es un pulmón verde. Es la mayor cloaca de la ciudad. Ahora con el calor, que no corre el aire, es terrible. Yo he hecho el censo de las aguas residuales de cada vecino. Nos estamos reuniendo con las administraciones y con organizaciones como el GEN. Todos hemos aportado ideas. La realidad es que el mayor problema que tiene Ses Feixes son las aguas fecales. Y esto es lo primero que hay que resolver.

—¿De la depuradora?
—No, eso está resuelto. Son de los vecinos que vivimos allí. De una manera u otra, todo acaba en las acequias. Los vecinos tienen pozos negros pero eso está sumergido y filtra. Las acequias están podridas y nadie hace analíticas. Ahora, perdón por la expresión, estamos sacando la mierda a flote.

—Pero ustedes antes culpaban a la depuradora de ese problema.
—Hemos tenido de todo. Los cultivos se pararon porque, al hacer el tanque de tormentas, entró agua salada y todos los cultivos se estropearon. Ese fue el primer destrozo. Después hemos tenido muchos vertidos fecales porque ahí no hay alcantarillado. Y los de la depuradora. Somos unos 50 vecinos y todo va a la acequia. Hay vecinos que han pedido permiso para hacer algunas cosas y evitarlo pero es una obra mayor y no se lo permiten.

—¿No se lo dan porque es una zona protegida?
—Es que ahí hay problemas de todo. También con el agua. Hay casas que tienen su cédula de habitabilidad y no les dan agua porque hay un conflicto porque no se sabe si tiene que suministrarla Vila o Santa Eulària. Luego está el problema de los contadores y que hay quien tiene miedo de que el agua se use para los cultivos. Pero los cultivos ya no se hacen porque el humedal está deshecho. En todo caso, cuando llegue agua buena, solo es recuperable la parte interior, que ahora es secano. Pero la parte central del humedal es irrecuperable. Y luego está la parte del litoral, que va todo a la playa. Talamanca es un área muy vulnerable. Tenemos los fondeos ilegales de los barcos. Llevamos 20 años para regularlo y no se mueve el aire porque no interesa. Por ahí nos llega mierda. Más lo de Ses Feixes. Y se suma la subida del mar.

—Este invierno tuvieron un problema grave de inundaciones precisamente por la subida del mar.
—Sí, y ahora está subiendo todas las tardes. El vecino que se encarga de las compuertas nos va avisando. Ses Feixes tienen que entrar ahora en programas como el de la red de humedales de España.

—¿En ese estado?
—Sí. Mire, yo he propuesto que se adopten medidas como las que se han adoptado en Carrizosa, que es un pueblo de 30.000 habitantes con una depuradora por lagunaje que no huele nada y que ha creado un humedal artificial. Nosotros tenemos el humedal. Yo le he pasado el proyecto a la Administración. Es una cosa facilísima y que vale dos duros. Se puede hacer y puede salir agua filtrada que vale para la vegetación. Esa es la solución para los residuos que tenemos en Ses Feixes.

—A mí me llama la atención que, en esta situación, se hagan planes especiales de protección para esta zona si lo han dejado degradar tanto.
—Yo siempre digo que, si lo vamos a limpiar y sanear, todo empieza por el agua. Es verdad que ahí no se puede llevar alcantarillado pero hay sistemas ecológicos y sostenibles que te crean diversidad. Esto podría ser un vergel.

—¿Y por qué no se hace?
—Porque hay muchos problemas, todo va muy lento, no se sabe quién lo tendría que ejecutar, quién pondría el dinero… Y es verdad que se están haciendo cosas ahora. Tenemos una lucha vecinal en este momento porque queremos que se corten los accesos. Se ponen barreras y cadenas pero el Ayuntamiento tiene que hacer unos carteles que prohiban el tráfico por ahí. Hay mucho trabajo por hacer.

—En Ses Feixes hay también un problema grave de infraviviendas.
—Sí, pero se está resolviendo. Se han derribado ya tres construcciones. Con una de ellas se sacaron 20 camiones de escombros. Todos esos terrenos ya se han limpiado. En otra se ha tapiado todo y se ha puesto una alarma. Nosotros lamentamos el problema de vivienda que tienen las personas que se meten ahí. Pero en la limpieza de Ses Feixes tiene que ir también esto. Si quieren que eso esté decente, tiene que estar todo arreglado. No puede ser que una persona con todo legal, tenga que esperar seis años para hacer cualquier arreglo.

—Quizás es que ahí no debería vivir nadie.
—Sí, yo me pregunto muchas veces cómo he acabado viviendo ahí (risas). Es el sitio más duro en el que me ha puesto la vida, yo sola, con un hijo, con todo sostenible, mis baterías… Pero las he pasado canutas. Mantener todo eso es difícil. Y muchas veces me pregunto por qué sigo con problemas como el olor permanente a cloaca. Pero yo estoy consiguiendo que Ses Feixes tengan cada vez más luz. Muchos han dicho que ellos lo han protegido pero no han hecho nada. Se les debería caer la cara de vergüenza.

—Estos barrios a los que usted representa han sufrido especialmente los problemas de la depuradora. ¿Cómo está hoy la situación?
—Se supone que este mes de agosto debería estar ya en funcionamiento. Ya nos viene un caudal de allí pero aún sale el agua muy salinizada. Hay que esperar un poco más. Esto dará flujo a las acequias.

—Pero si siguen saliendo aguas fecales de las casas…
—Sí, eso es lo primero que hay que arreglar. Debería ser la prioridad. Si no, lo de la depuradora no servirá de nada. Además, tenemos así toda Ibiza, con los problemas de la antigua depuradora, los olores, los vertidos… No somos capaces de trabajar, reciclar y gestionar los residuos de los turistas.

—No sé qué lujo estamos vendiendo, la verdad.
—Sí, tiene razón. Esto ya es muy descarado. O ponemos freno y nos juntamos todos los afectados o acabaremos mal. Aquí ahora tenemos un turismo de plataformas que beneficia a cuatro y que destroza los destinos. Quieren todo gratis y vienen aquí a arrasar. ¿Este es el modelo de lujo que queríamos? Lo que tenemos es lujo fake, a golpe de click y basado en el postureo. O paramos o nos invadirán. Ibiza ha sufrido muchos intentos de conquista. Ahora, en el siglo XXI, lo intentan las tecnologías. La isla está en un nivel de posicionamiento tan alto que todo el mundo quiere venir a cualquier precio. Viene gente con un Ryanair pagando 17 euros para hacerse la foto. No gastan nada. Vienen sin alojamiento y duermen en la playa. Airbnb está destrozando el mundo.

—¿Forman parte ustedes de la plataforma Canviem el Rumb?
—No, para nada.

—Pues salen en el listado de asociaciones que forma parte.
—A ver, yo hice cosas con Prou y comparto cosas con ellos. Les apoyo completamente. Y empresarios de la zona en la que trabaja la asociación están de acuerdo porque lo que está pasando ahora está perjudicando a todos. De una manera u otra, todos vivimos del turismo pero no a este precio. Hablamos de turismo de lujo y tenemos a los trabajadores como esclavos, en asentamientos, sin higiene. ¿De verdad queremos esto? ¿De verdad los ricos están encantados de que estos trabajadores estén como si fueran ratas? Les importa un carajo. Trabajan sin papeles y son mano de obra muy barata. Eso es esclavitud en pleno siglo XXI. No tendríamos que haber llegado a esto. Ahora es todo por la pasta.

—La limpieza preocupa especialmente en toda la ciudad. ¿Qué tal está en sus barrios?
—Ha mejorado, la verdad. Ahora ves a los barrenderos, el camión vaciando papeleras… El problema es que aquí hay mucho desgaste. Me pregunto a dónde van los fondos de la ecotasa. En mi trabajo, yo cobro fortunas por este impuesto y no sé a dónde va el dinero. ¿A un campo de fútbol con césped artificial? ¿A un concierto de los 40 Principales? ¿Y los residuos o la depuradora? Ahora tenemos residuos por todos los bosques porque la gente se va a vivir ahí. Insisto, esto no es la isla del lujo y se nos rompe el alma a todos viendo cómo ha degenerado.

—El Ayuntamiento ha alejado este año el balizamiento para luchar contra los fondeos ilegales en Talamanca. ¿Se está notando esta medida?
—Sí, se está notando. Han sancionado a muchos patrones de embarcaciones ilegales. Se ha puesto un pivote en el acceso que usaban las furgonetas para llegar al muelle con los clientes. Ahora se ha quitado el contenedor de basura que era provisional. Esta gente dejaba ahí la basura en montones. Todos sabemos que lo que pasa ahí es ilegal y volvemos a esta plataforma, en la que se anuncian caravanas en alquiler, pisos y estos catamaranes que no se mueven de Talamanca en todo el verano. Son hoteles flotantes. El problema es que ahí intervienen muchas administraciones. Yo ya me hartado de enviar escritos a unos y a otros. Se van pasando la pelota. Así que al final te diriges a Europa. Es lo que pasó con Ses Feixes. Y en el mar tiene que pasar lo mismo. El Govern dijo que sería más ágil que el Gobierno central. Ahora esto de los fondeos lo lleva Tragsa y, con un poco de suerte, tendremos algo el año que viene. Pero es que no interesa. Aquí viene todo el dinero negro y a nadie le interesa pararlo.

—¿Y en qué situación está la playa de Talamanca?
—Nosotros no nos bañamos en esa playa nunca. Ni siquiera se publican las analíticas que deberían publicarse. Entre Ses Feixes y los fondeos ilegales… yo empecé a ser incómoda porque saqué algo que huele muy mal. El anterior gobierno municipal me decía que hay tanta mierda ahí que no sabían ni por dónde empezar. Es fácil: sacando la mierda. Y hay que decirlo con todas las letras. Hay que empezar por Ses Feixes porque todo acaba en la playa.

—El Prat de ses Monges es Patrimonio de la Humanidad.
—¡Eso no está protegido por nadie! En una de las entradas han ido poniendo escudos de las administraciones para decir que está protegido. Pero les ha interesado que eso fuera un Ca na Putxa 2. Hay trabajadores de Valoriza que llevan allí la mierda porque viven ahí de okupas. Es un estercolero. Yo esto lo he denunciado en el Ayuntamiento. Ahí dentro hay gente con síndrome de Diógenes. Hay argelinos que tienen decenas de bicicletas acumuladas. Insisto, esto es un vertedero.

—Usted fue muy crítica con el anterior Gobierno de Vila. ¿Qué tal con el de ahora?
—Mejor, mejor. Ellos se quejan de que la Administración va lenta y que todo depende de cuestiones externas. Pero, por una vez, tenemos al Consell y a todos los ayuntamientos con un mismo partido y son buenos gestores. Nosotros estamos agradecidos porque son cercanos. Si hay un problema, vienen. En Talamanca se hundió un catamarán y el Ayuntamiento lo ha sacado porque el propietario es un pirata. El problema es que estamos normalizando la ilegalidad. Hay contratas públicas que tienen trabajadores sin sus permisos en regla. Y siguen ahí porque, si no, no hay trabajadores. Cuando lo denuncias, te dicen que te calles porque se quedan sin trabajadores. ¿Esto es el lujo?

—¿Qué proyectos tiene su asociación para los próximos meses?
—Trabajar como hasta ahora. Nosotros no recibimos subvenciones y no le debemos nada a nadie. Somos un colectivo vecinal realmente. Funcionamos como asociación pero trabajamos con grupos de Whatasapp. No pasa nada en estos barrios sin que todos nos enteremos. Y ese es nuestro éxito. No queremos subvenciones porque, si te las dan, tienes que seguir un guión. Queremos ser críticos, estamos en los barrios más influyentes y con más visitantes. Vaya usted a la calle detrás del hostal y dígame cómo huele. Todo porque llevan 25 años para hacer una depuradora. España está pagando 70 millones de euros en multas por este motivo. Sin embargo, nos han hecho una estación marítima en Botafoc totalmente desproporcionada y que no se usa ni el 10%. Esto es indigno. Ibiza huele a mierda.

—Son entonces una asociación atípica. No tienen nada que ver con las demás.
—Bueno, no tenemos ni local (risas). La anterior concejal de Participación Ciudadana, Montse García, nos decía que, si encontrábamos un local, nos lo pagaba el Ayuntamiento. Las demás asociaciones tienen sus propios locales. Pero es que aquí es imposible encontrar un local porque piden locuras de dinero. Así que no tenemos un centro como tal para organizar talleres o cursos. De todos modos, para mí lo más importante ahora mismo es resolver los problemas graves que tenemos. Yo no estoy para hacer fiestas. Si los empresarios quieren hacer una fiesta en su restaurante, fenomenal. Cada uno se paga lo suyo. Yo he quitado las cuotas a los vecinos porque yo hago esto gratis. Y mi junta directiva igual. Somos una asociación que defiende los intereses de sus barrios. No tenemos nada personal contra los políticos y no tenemos ningún interés especulativo. Solo queremos arreglar nuestros problemas.