Una vecina de Sant Antoni recogiendo una de las trampas. | Alejandro Mellon

Desde las 10 de la mañana de este lunes se han repartido trampas para serpientes y la información pertinente frente al Ayuntamiento de Sant Antoni Esta iniciativa, conjunta entre el COFIB, encargado del reparto, el consistorio y la Direcció General de Medi Natural, se repetirá en el resto de los municipios de la isla en fechas que todavía no están confirmadas. El objetivo es frenar la expansión de estos reptiles y tratar de proteger las endémicas sargantanes.

Sant Antoni acordó la entrega de cien jaulas para serpientes, de las cuales ya se habían entregado las veinticinco primeras. Este lunes se han repartido las setenta y cinco restantes a los vecinos del municipio que las hubieran solicitado previamente. Junto a las trampas se han adjuntado unos folletos para identificar los tipos de serpiente, el mantenimiento necesario de las jaulas y los protocolos de actuación en caso de realizarse las capturas.

Un ratón dentro de una de las trampas. | A.M.

Estos protocolos pasan principalmente porque, en caso de no ser capaz de manipular la serpiente por uno mismo, se notifique la captura al COFIB. El aviso puede realizarse tanto mediante una llamada al 112 como a través de la aplicación Línea Verde que «cualquiera puede instalarse en su teléfono móvil». En ese caso, serán ellos quienes se desplazarán hasta los domicilios que así lo soliciten para encargarse de las serpientes capturadas.

Esta iniciativa responde a una petición social ante el aumento de estos reptiles en nuestra isla. Y es que, según las palabras de Pepita Torres, regidora de Medi Ambient del Ajuntament de Sant Antoni, «prácticamente en cada casa, especialmente en el mundo rural, nos piden estas trampas». Con esto, pretenden solucionar «la incertidumbre» que existe respecto a las actuaciones frente a las serpientes de sus convecinos.

Y es que la proliferación de las serpientes es un problema cada vez más grande para la fauna de nuestra isla. Si estas empezaron siendo una especie residual en algunos puntos del norte de la isla, ahora se han extendido por todo el territorio. De esta manera corre peligro la supervivencia de la lagartija, el único invertebrado endémico de Ibiza, tal y como afirman desde el COFIB.

En cifras, en el último año se capturaron en las Pitiusas casi 2.900 ejemplares de serpientes -2.886 para ser exactos -. De estas capturas, fueron 1.946 de herradura y 61 ejemplares de serpiente blanca en Ibiza y 888 ejemplares de serpiente blanca y uno de serpiente de herradura en Formentera . Por si fuera poco, ahora se está detectando la aparición de nuevas especies, provenientes de la península.

En el stand instalado frente al Ayuntamiento de Sant Antoni ha estado Alejandro Macías, técnico del COFIB. Según sus propias palabras «esta acción se repetirá en todos los municipios a lo largo de esta temporada». Respecto a la evolución, ha manifestado que la presencia de serpientes se ha conseguido reducir en ciertas zonas de la isla pero que, por contra, ha aumentado en otros lugares, ya que estas «se han ido desplazando».

El técnico ha querido destacar que «lo único que tiene que hacer quien tenga una de estas trampas es hacer el mantenimiento del ratón que va dentro», y ha recordado que los propios propietarios de las trampas pueden hacerse cargo de las serpientes. Además, ha hecho hincapié en que se trata de especies inofensivas para el humano y los animales domésticos.

El puesto de información y reparto de las trampas. | A.M.

A lo largo de la mañana se han acercado varios vecinos del municipio de Sant Antoni a recoger las trampas. Uno de ellos ha sido Antonio Márquez, vecino de Ses Païsses, que asegura haber matado cuatro serpientes en los últimos tres días, una de ellas de incluso de más de un metro. Si bien el año pasado ya encontró alguna, «este año nota todavía más» y se ha encontrado con alguna de ellas muerta en la carretera.

Sobre la iniciativa, Márquez considera que es positiva para ayudar en su captura y para proteger unas sargantanes «que cada vez se ven menos». Un caso muy parecido al suyo ha sido el de otro vecino del municipio de Sant Antoni, Julián. Si bien también las había visto otros años, hace poco se encontró con una de ellas en su casa, además de otra que encontró su hija en su terreno. Por ello, «se ha visto obligado a ir a por una de esas trampas».