Club Náutico de Ibiza. | Irene Arango

La Asociación de Amarristas del Club Náutico Ibiza no ocultó este sábado su desesperación e incluso enfado debido a los incumplimientos que la nueva gestora Puertos y Litorales Sostenibles (PyLS) está manifestando desde que comenzara a gestionar los amarres para pequeñas y medianas esloras en el puerto de Ibiza.

En un duro comunicado, el colectivo de amarristas denunció que ya han pasado más de dos meses desde que la empresa ganó el concurso y se ha consumido el 18% del tiempo autorizado "sin cumplir con ninguno de los compromisos adquiridos". También criticaron que la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) se mantiene al margen, dejándoles en una situación de "incertidumbre y desamparo".

Entre otros incumplimientos, los socios recordaron que el pliego de condiciones del concurso establecía una serie de inversiones y mejoras que Puertos y Litorales Sostenibles debía llevar a cabo en aspectos como la seguridad invirtiendo en ello hasta dos millones de euros. "Hasta la fecha no hay rastro de estas inversiones esenciales para la seguridad de los usuarios y sus embarcaciones. Casos como el de pintar la fachada utilizando trabajadores sin arnés sólo agravan la percepción de negligencia y desinterés por la seguridad", lamentaron.

También recordaron que se ha incumplido el compromiso de ejecutar obras en el dique exterior, muy necesarias para garantizar la seguridad de los barcos. En este sentido, además, los amarristas puntualizaron que algunos técnicos ya indicaron que el proyecto planteado por PyLS "es inejecutable".

Tras estos más de dos meses, tampoco hay rastro del servicio de bar y restaurante que debe prestarse según los pliegos. En cuanto a la escuela de vela, los amarristas denunciaron que sólo se han adquirido 10 kayaks de segunda mano con los que no se puede salir desde el puerto por temas de seguridad.

Entre los incumplimientos denunciados, la asociación afirmó que existe una entrada continua de barcos con esloras superiores a los 15 metros y tampoco se ha iniciado la instalación de la planta de mejillones para la filtración del agua a pesar de ser una medida que, al parecer, les otorgó muchos puntos al ser una importante medida medioambiental.

Por otro lado, el pliego establecía un máximo del 15% de transeúntes o, lo que es lo mismo, un 85% de puertos base, aunque muchos de ellos se han visto obligados a abandonar la zona ante "el desorden generado por la gestión de Puertos y Litorales Sostenibles que, de forma sibilina, les ha echado", comentaron los amarristas.

Cuotas

En el comunicado, también explicaron cómo la nueva gestora ha estado reclamando el cobro de cuotas a través de los medios sin haber enviado las facturas correspondientes a los usuarios que facilitaron toda la documentación. "Esta práctica, además de irregular, sugiere una gestión financiera ineficiente que podría estar ocultando problemas mayores como una potencial quiebra o la intención de embolsarse grandes sumas de dinero sin realizar las inversiones prometidas", manifestaron. El colectivo reiteró que su intención es pagar, pero sabiendo siempre qué están pagando.

"Hemos tendido la mano desde el minuto uno, y como no atienden a las bondades del asociacionismo -derecho fundamental constitucionalmente protegido- no nos dejan otra opción que la de reclamar un servicio acorde al pago que pretenden y que en muchos casos todavía no se sabe ni de qué cuantía estamos hablando", denunciaron los amarristas, instando a PyLS a mostrar su hoja de ruta puesto que, hasta el momento, aquello que han dado a conocer "no parece ser acorde con la legalidad ni con el interés público".

Sobre el papel de la APB, los amarristas denunciaron su "inacción y falta de supervisión efectiva" al permitir que la nueva concesionaria continúe operando sin cumplir con sus obligaciones, poniendo en riesgo tanto la infraestructura del puerto como la seguridad de sus usuarios.

"Es imperativo que la Autoridad Portuaria tome medidas inmediatas para fiscalizar las actividades de Puertos y Litorales Sostenibles; garantizar el cumplimiento de los compromisos y proteger los derechos de los amarristas pero, sobre todo, el interés general que brilla por su ausencia. La Autoridad portuaria no puede seguir soportando la negligencia y la falta de responsabilidad de una entidad que parece más interesada en beneficios a corto plazo que en la gestión sostenible y segura del puerto", concluyeron los amarristas.