Varias personas que viven en el asentamiento de Can Raspalls cruzan la barrera disuasoria. | Alejandro Mellon

Sólo han pasado cinco días desde que el Ayuntamiento de Sant Josep habilitara una medida municipal en el perímetro del asentamiento ilegal de Can Raspalls.

Una actuación que consistió en la colocación de grandes piedras en los accesos al campamento de infraviviendas para «impedir la entrada de vehículos a este terreno de propiedad privada y evitar que este asentamiento creciera con más habitantes».

Actualmente viven en estas infraviviendas hasta casi 100 núcleos diferentes que albergan unas 200 personas. En este sentido, Periódico de Ibiza y Formentera se acercó ayer a esta zona de Sant Jordi y comprobó que, tras esta medida, ha crecido el nerviosismo entre los habitantes del campamento, incluso la mayoría se esconde en sus infraviviendas en cuanto observa la presencia de los vecinos de la zona. Al preguntarle al Ayuntamiento de Sant Josep por los efectos que ha provocado estos días esta barrera disuasoria, indicaron que todavía no se ha podido realizar una comprobación de los efectos de esta medida municipal. Cabe recordar que esta propiedad pertenece a un fondo de inversión que, según el alcalde Vicent Roig, no ha mostrado ningún interés durante todo el proceso de okupación.