En su caso, estas personas y sus familias son atendidas y apoyadas por la Asociación de Ayuda al Enfermo Desplazado de Baleares (Asamdib). En este sentido, la delegada en Ibiza y Formentera de ambas asociaciones, Carmen Vargas, señala a Periódico de Ibiza y Formentera que en el último año hasta nueve menores oncológicos estuvieron ingresados en Palma, una cifra elevada en comparación con años anteriores.
Lo mismo ocurre con el total de personas atendidas entre las dos asociaciones, ya que esta cifra alcanzó, según la delegada de Aspanob en las Pitiusas, los 104 pacientes de Ibiza y Formentera y las 281 intervenciones en el núcleo familiar. En el cómputo de Baleares se llegaron a atender hasta 640 pacientes en un año, entre ellos 50 menores oncológicos de las Islas. «Este último año ha sido el que más ingresos ha habido en la Unidad de Oncología Pediátrica y tememos que el próximo año aumenten los usuarios y los diagnósticos inmediatos», agrega Vargas junto Ramón Soriano, también delegado de ambas entidades.
Todas las necesidades
Ambos explican la diferencia entre ambas asociaciones, aunque Carmen Vargas destaca que forman parte de una misma entidad que tuvo que dividirse para poder cubrir todas las necesidades de los pacientes, familiares y entorno más cercano.
«Asamdib es como el abrazo de Aspanob que termina de cubrir al resto de usuarios a los que Aspanob no llegaba», subraya Carmen Vargas, resaltando la gran labor que ofrecen las dos entidades en Baleares.
En este sentido, especifica que Aspanob, Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Baleares, es la entidad que sólo atiende a los menores oncológicos, ofreciendo cobertura a todos los jóvenes que han tenido esta enfermedad. «Cuando esta patología es diagnosticada, los trasladan a Son Espases en Palma o al Hospital Universitari Vall d'Hebron en Barcelona, que son los dos hospitales de referencia», destaca, mientras explica que Asamdib es la encargada de cubrir las necesidades del resto de usuarios enfermos desplazados y sus familiares.
«En el año 1987 se fundó Aspanob para dar cobertura a las familias de los menores enfermos que tenían que trasladarse a Palma, pero con los años empezaron a solicitar ayuda tanto el resto de enfermos oncológicos como los adultos que padecían cualquier tipo de enfermedad y requerían el traslado a Palma o Barcelona. Por eso en el año 2011, para intentar cubrir esta variedad de usuarios, se fundó Asamdib», agrega. En esta misma línea, aunque es el mismo ente, Vargas informa de que cada entidad tiene sus propios estatutos y reciben diferentes subvenciones porque cada una atiende a unos usuarios distintos.
Al preguntarle por si actualmente se llegan a cubrir todas las necesidades de los pacientes y cuidadores desplazados desde las Pitiusas, Ramón Soriano subraya que tanto el servicio de apoyo psicológico como la posibilidad de alojamiento gratis en Palma, a los usuarios y familiares trasladados desde Ibiza, funciona, pero, indica que harían falta más pisos de acogida financiados por la Conselleria de Asuntos Sociales. «Ahora mismo tenemos cuatro pisos en Palma para atender a las familias, pero siempre son pocos; hacen falta más», señala Soriano, adelantando que hay un quinto piso pendiente para su utilización.
Seguridad
«Actualmente tenemos una vivienda de cuatro habitaciones y el resto son de tres. En el caso de los niños oncológicos, estas familias están solas en el piso por precaución», destaca e indica que sólo pueden compartir vivienda, con pacientes que tienen otra patología, en caso de emergencia debido a la seguridad del menor oncológico. «Se trata de preservar la seguridad del niño durante el alta eventual que reciben los pacientes para respirar fuera del entorno hospitalario; es como un aislamiento para estas familias», apunta en la pequeña sede que ha estrenado la entidad en un espacio cedido por el Col·legi Oficial d'Infermeres i Infermers de les Illes Balears (Coiba).
Asimismo, añade que ambas asociaciones tienen una comunicación muy fluida con los hospitales que acogen a los usuarios de las entidades e informa de que son los propios sanitarios los que realizan las evaluaciones oportunas y valoran cómo los pacientes deben instalarse en estos pisos de acogida.
«En estas viviendas encuentras una nueva familia con la que te abres, lloras y abrazas», apunta Soriano, hablando desde la experiencia, ya que su hija fue «una niña Aspanob» a la cual le diagnosticaron hace muchos años leucemia a los pocos meses de nacer.
Es por eso que este hombre hace hincapié en que este programa es uno de los servicios más importantes para todos esos padres que se desplazan hasta Palma porque «se encuentran con el problema añadido de tener que buscar un alojamiento y pagarlo para el tiempo que dure el tratamiento de sus hijos, que puede ir desde las pocas semanas a varios meses».
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