La obra de la calle ses Figueres, este martes. | Toni Planells

Esta semana ha comenzado con nuevos vertidos que han teñido de marrón parte de la playa de Talamanca desde una obra situada a pocos metros del mar.

Tal como informó Periódico de Ibiza y Formentera el pasado miércoles, el agua brotó desde la excavación de la obra, delante del Hotel Simbad, que superó el nivel freático y quedó totalmente inundada. Un agua mezclada con tierra que va iba a parar hasta la misma playa a través de un desagüe situado bajo el acceso a la playa a la altura de ses Figueres, tiñendo el mar con una gran mancha marrón.

En un primer momento y tras las denuncias de varios vecinos de la zona, el Ayuntamiento de Ibiza procedió a la paralización de la misma y a informar a sus responsables «sobre lo que tenían que hacer», tal como explicó la pasada semana el teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente Jordi Grivé.

Sin embargo, días más tarde, las aguas de la playa seguían teñidas de marrón y la tubería seguía vertiendo aguas freáticas en la arena. Por lo que se volvieron a parar las obras al no haber procedido a las modificaciones indicadas.

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Este martes por la mañana, las aguas de la playa ya se mostraban limpias de dicha mancha marrón y la tubería que vertía esas aguas a la arena apenas dejaba pasar unas gotas. Eso sí, la gran trinchera de arena que provocaron esos vertidos hasta el mar seguía recordando dicho episodio.

Un episodio que tampoco olvidan vecinos de la zona como Begoña, que apunta a una modificación por parte de la misma obra en la calle ses Figueres. Se trata de dos pronunciados y ‘rudimentarios' badenes que actúan como barrera al curso del agua vertido por la obra en cuestión. «Muchos de los coches de los vecinos no pueden pasar con estos baches, a no ser que tengan un todo terreno de esos grandes», apunta Begoña mientras pasea a su mascota, Junior junto a su hijo, Lucas. Un coche interrumpe las palabras de Begoña tocando los bajos con el bache al que se refiere la vecina, «¿lo ves?, estamos todos (los vecinos) enfadadísimos».

Ernesto lleva viviendo en la zona «desde hace 30 años» y considera que «deberían hacerlo mejor, sin afectar de la manera que lo están haciendo al paseo y al mar». Ernesto asegura que «ha habido momentos en los que el agua te llegaba hasta los tobillos».

Pepe es vecino de Talamanca «de toda la vida» y, visiblemente molesto, valora la situación como «fatal, no se puede tirar el agua de esta manera». El veterano vecino recuerda que «tal como decíais en el Periódico, tenían que decantar el agua antes de verterlas al mar y a la vista está que no lo están haciendo». «Además, han agujereado por debajo del nivel del mar: es normal que se inunde», apunta Pepe, que no duda en calificar de «pifia» el trabajo de la constructora, «estas cosas las deberían saber los arquitectos y los constructores».

El concejal de Medio Ambiente recuerda que «las obras ya se paralizaron en su momento» y reconoce que «las medidas que se han llevado a cabo desde ese momento no han funcionado». Con este argumento y tras una visita a la zona durante la mañana de este martes junto a los responsables de la obra, Grivé anunciaba que «se va a proceder a una nueva paralización cautelar de la obra», a la vez que «nos vamos a sentar con la promotora y con la conselleria del Mar para asegurar que las medidas que se vayan a tomar hagan que no se vuelvan a repetir estos tipos de vertidos, el objetivo principal es proteger la playa de Talamanca».