Playas como la de sa Caleta o Cala Jondal han sido cuestionadas por la calidad del agua.    | Moisés Copa

La calidad del agua en las playas de Ibiza y Formentera, al igual que sucede en el resto de Baleares, se reduce a pasos agigantados. En clave balear, hace justo una década el 93% de las catas que realizó el departamento de Salud Ambiental del Govern dieron un resultado excelente. El año pasado, sin embargo, el porcentaje se redujo al 70%.

En relación a Ibiza, en el año 2015 un 93% de las playas analizadas era excelente. En 2019, ya sólo tuvo esta consideración un 76% de las playas, mientras que el año pasado lo consiguió un 51%.

En cuanto al 2018, un 78% de las playas era excelente; un 15% tuvo consideración de buena y un 5% de suficiente.

Mercedes Alemany, jefa del servicio de Salud Ambiental, consideró ayer que este empeoramiento se debe a distintas razones y que son varios los responsables implicados. Principalmente, Alemany explicó que una mala depuración de las aguas, así como el mal estado de muchas redes de suministro, pueden estar detrás de esta preocupante reducción de los niveles de calidad. «También existe un factor de cambio climático que está provocando un aumento de la temperatura del mar. Además, todos los años hay más gente en las islas y, sin duda, esto influye en todo», manifestó.

«Tiene que haber un correcto mantenimiento de las infraestructuras y su adecuación a la cantidad de gente que hay», reiteró.

Para Alemany, es realmente preocupante que Ibiza sea la isla donde en los últimos años se han registrado más vertidos fecales.

Durante todo el verano, recordó también que se realizan muestreos periódicos en cerca de 40 tramos del litoral pitiuso, existiendo «una serie de puntos negros que se van repitiendo todos los años», afirmó la jefa de servicio.

«Estamos detectando que cada vez hay más incumplimientos porque ha bajado mucho la calidad. Lo encuentro preocupante y los responsables deberían tomar cartas en el asunto y ver qué está sucediendo. Por el momento, no hay playas con una calidad insuficiente, pero hay que adoptar medidas», insistió también.

En este 2023, en Ibiza ya se han registrado 13 incumplimientos o incidentes que han reducido la calidad de las aguas en las playas.

Baleares

Ibiza es la isla de Baleares que presenta históricamente más episodios de contaminación fecal, sobre todo en los municipios de Sant Antoni y Sant Josep, mientras que en Formentera la calidad de las aguas suele ser excelente.

En Menorca, es Ciutadella el municipio más afectado y en Mallorca se repiten a menudo los episodios de contaminación en las zonas de la bahía de Palma.

En la última actualización de la página oficial del Govern todas las playas eran aptas para el baño. Esta información se va actualizando cada quince días, a medida que se realizan los análisis. El control de las aguas se realiza en base a una normativa europea que tiene por objeto proteger la salud de los usuarios. Así, se lleva a cabo durante la temporada de baño    establecida entre el 8 de mayo y el 5 de octubre, cuando se registra una mayor afluencia de usuarios.

En Baleares, están censadas 160 zonas de baño con un total de 191 puntos de muestreo a lo largo de toda la costa, repartidos en 32 municipios. «Se coge agua cuando se llega a un metro de profundidad y la muestra se debe sumergir 20 centímetros», explicaron los técnicos responsables.

Cada cata se lleva después a los laboratorios donde se analiza si hay presencia de la bacteria Escherichia coli y de Enterococos intestinales. Si dicha presencia es elevada, se prohíbe el baño hasta que la incidencia queda corregida.

También la Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera afirmó recientemente que en el año 2022 se registró una «leve mejoría» en la calidad de las aguas de baño de Ibiza. Así lo aseguraron al valorar los datos recogidos para el Informe de Sostenibilidad de Ibiza 2022, elaborado por el Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation.

En concreto, fueron 21 las zonas de baño calificadas como excelentes, una más que en 2021, aunque se registró un descenso de la calidad de las aguas de baño en Cala Bassa, que pasó de excelente a buena, y en Portinatx, que pasó de buena a suficiente, mientras que Cala Pada mejoró su situación pasando de buena a excelente.