Hubo unos años en los que el ball pagès estuvo en serio peligro. Tiempo atrás en las Pitiusas, llegaron a ser muy pocos los que preservaron las ancestrales danzas de Ibiza, únicas en todo el mundo. Tras el esperado resurgir de las agrupaciones de baile, hace ahora 25 años se constituyó también la Federació de Colles de Ball i Cultura Popular d´Eivissa, una entidad que preside desde hace casi dos décadas María Marí (Ibiza, 1960).

Según se asegura desde este organismo, entre sus objetivos destacan la investigación y el estudio del folklore y de la artesanía propia de las Pitiusas, promoviendo además distintas actividades que puedan organizar las colles federadas.
Además de los actos conmemorativos por su 25 aniversario, la Federació celebra anualmente un importante festival folklórico y unas jornadas culturales.

—¿Cómo comenzó su relación con el ball pagès?
—Yo empecé en Sa Colla de Labritja desde que mis hijos eran muy pequeños, hace más de 35 años. En mi casa nunca se había hablado del ball pagès pero, a medida que fui creciendo, iba viendo en las fiestas de los pueblos a alguna colla que salía a bailar y era algo que me impresionaba. Cuando tuve a mis hijos pequeños, en un momento en el que resurgieron muchos grupos, me di cuenta de que a ellos les gustaba. Además, justo acababa de formarse Sa Colla de Labritja, así que empecé en esto.

—¿Y cómo se convirtió años después en presidenta de la Federació?. Usted lleva casi 20 años en el cargo.
—La verdad es que fue un susto que me dio Toni Sandic, quien entonces era el presidente. Un día me llamó para pedirme que fuera a una reunión de la Federació y resulta que era para ofrecerme la presidencia. Pensé que iban a ser cuatro años y que después otra persona tomaría el relevo, pero ya llevo mucho tiempo.

—¿En todo este tiempo han cambiado los objetivos de la entidad?
—Yo creo que los objetivos siempre han sido los mismos, aunque intentamos ampliarlos poco a poco. Tratamos de asesorar a los diferentes grupos folklóricos y colaborar con ellos a la hora de impulsar distintas actividades.

—En este sentido, ¿han ido cambiando las necesidades de las diferentes colles de ball pagès?
—Sí. Vemos que en estos momentos el baile tiene buena salud puesto que las colles se han preocupado mucho de cuidarlo y de preservar tanto la forma de danzar como la vestimenta. Vemos que esto va adelante. Lo que nos preocupa mucho es el tema de la canción porque sabemos que la gente mayor que nos podía transmitir su testimonio oral ya no está y ahora lo que debemos hacer es investigar y buscar y ver cómo podemos animar a los más jóvenes a introducirse en este tema.

—¿Se van consiguiendo logros o es algo complicado formar y contar con nuevos cantadors?
—Ahora mismo hay algún pequeño que tiene mucho interés en la canción tradicional y le pone muchas ganas y tiene ilusión. El problema con el que nos encontramos es que, a medida que van creciendo, o se van a estudiar o comienzan a trabajar y la vida les cambia y muchas veces lo tienen que dejar.

—Dice que ahora el ball pagès goza de buena salud. ¿En qué momento estaba cuando se formó la Federació?
—Ya había entonces muchas colles y el objetivo que se fijó la Federació desde un principio era dar apoyo e intentar asesorarlas, aunque nunca se ha dicho a una colla cómo tiene que hacer las cosas y cada una tiene su propia autonomía. Después, también se suelen hacer actividades y otras iniciativas que hemos conseguido impulsar entre todos.

—¿Ve posible que a estas alturas puedan surgir nuevas colles de ball pagès en Ibiza?
—Nunca debe descartarse. De hecho en Sant Antoni no hace mucho que se volvió a refundar una colla que ya había existido en su momento.

—¿Qué han preparado para conmemorar estos 25 años de historia?
—Hemos comenzado organizando unas jornadas infantiles con la intención de celebrarlas en todos los municipios de Ibiza, precisamente para animar a los más pequeños a introducirse en el mundo de la canción. También hemos hecho una recopilación de juegos y canciones infantiles que después formarán parte del libro ‘Cantar, jugar i ballar’ que se presentará el 11 de noviembre en Sa Nostra Sala de Ibiza. También allí se organizará una exposición, del 26 de octubre al 1 de diciembre, y tendrá un carácter explicativo sobre la Federació, con todo lo que hemos ido haciendo en estos 25 años, y nos centraremos además en todas las colles de Ibiza y no sólo en las que forman parte de la Federació. Para acabar con las celebraciones, en noviembre habrá una jornada de hermandad entre todas los grupos de ball pagès de Ibiza.

—¿Cómo es la relación entre colles y también con la Federació?
—Cada colla tiene su autonomía y su forma de bailar y vestir. Cada persona es un mundo y, por tanto, podemos decir que cada colla es también un mundo. Por ejemplo, en Sant Joan tenemos bailes y señas de identidad que en otros grupos no existen. Incluso a nosotros gente mayor nos enseñó algunos bailes que sorprendieron porque balladors de otras localidades no los conocían.

—En la Federació celebran cada año un festival folklórico y las Jornades de Cultura Popular.
—El festival conmemora también este año su 25 aniversario, pero comenzó a organizarse antes de la constitución de la Federació de Colles de Ball i Cultura Popular d´Eivissa. Después estuvimos dos años sin poderlo organizar por la pandemia, aunque antes de nosotros ya lo había impulsado el Consell d´Eivissa. Sobre las jornadas, el próximo año tendrá lugar la edición número 23.

—¿Y está satisfecha con la respuesta de la gente de Ibiza cuando celebran estas jornadas culturales o el festival?
—Sobre las jornadas, he de decir que las organizamos dentro de la Federació y con el visto bueno de todas los grupos. Es cierto que, a la hora de celebrarlas, a muchos les cuesta venir y creo que sería interesante que acudieran puesto que tratamos temas interesantes, pero entiendo que la gente trabaja o tiene otros compromisos. De alguna forma, sí pienso que las colles deberían implicarse un poco más.

—Por otra parte, ¿está contenta con el apoyo institucional recibido?
—No podemos quejarnos porque contamos con mucho apoyo en este sentido.