En este sentido, Magí recordó que estos proyectos de canalización de agua están subvencionados por el Fons Pitiús de Cooperació. «Sin su ayuda sería imposible que nuestra entidad pudiese llevar a cabo estas iniciativas solidarias», explicó. Asimismo, recordó que, hasta la fecha, la entidad ya ha finalizado dos proyectos de gran magnitud en los pueblos de Lauruk y Gaire-Baire. «Hay otro que está actualmente en ejecución en Koelipani Dawa y otro en Singare Pame, cuyas obras comenzaron en agosto», adelantó.
Cuatro proyectos
Cuatro proyectos que, según Magí, servirán para ofrecer suministro de agua potable a unas 2.300 personas.
«Antes de empezar dichas actuaciones, las mujeres se tenían que desplazar una hora y media con garrafas montaña arriba para llegar al agua potable y trasladarla a sus casas para usos domésticos», subrayaron desde la ONG ibicenca Via Oberta.
En esta línea, explicaron que con la finalización de dichos proyectos consiguieron que cada familia tuviese una toma de agua potable delante de su casa. «El viaje ha sido muy positivo. Hemos podido verificar la problemática real de materializar estos proyectos sobre el terreno», apuntó el gerente técnico de la entidad. No obstante, lo que más satisfacción le produjo fue recibir el agradecimiento de las personas que, gracias a estos proyectos, se podrán beneficiar de un recurso básico como es el agua potable.
Además, según Magí, los voluntarios también han podido ver in situ la problemática, muy común en el tercer mundo, relacionada con la seguridad de las instalaciones. «Todo esto me ha servido para fijar protocolos en temas más estrictos como son el mantenimiento, formación y sensibilización por la falta de recursos», apuntó.
Además, explicó que el presidente de Pokhara, al conocer estas actuaciones, les citó para agradecerles el trabajo que se hace desde Ibiza y para presentarles otro proyecto de agua necesario para la región. En esta línea, subrayaron que desde la entidad están desarrollando diferentes programas como son la casa de acogida, que alberga a unas 23 personas, algunas de ellas son personas abandonadas por sus padres.
«La casa de acogida no tiene suficiente espacio para tanta gente y nosotros acogemos a Sunsil, un niño con parálisis cerebral, y su familia. También otra labor muy importante que hacemos es la formación profesional a mujeres con riesgos de exclusión social», puntualizó Magí. Paralelamente, desde la ONG también han querido fomentar la educación en estos pueblos de Nepal. Es por eso que también uniformaron a los niños de Lauruk y Ankuna para que pudiesen asistir a clase ya que, de no ser así, no se podían escolarizar.
«También inauguramos nuestro centro social en Lauruk, que era una asignatura pendiente de hacía muchos años. Este centro tendrá un espacio para los jóvenes, otro para el comité de mujeres, otro para la escuela de formación profesional de mujeres y otro espacio para nosotros», apuntó.
Sin duda, una labor inolvidable que, según este gerente técnico, le ha llenado de infinita alegría. «Hemos visto a niños y a mujeres maltratadas que, gracias a nuestra ayuda, han vuelto a sonreír», subrayó con satisfacción este miembro de la ONG ibicenca Via Oberta.
1 comentario
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Gran trabajo el de estos chicos. Orgullosos de vosotros, gracias!!!