El gerente de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (FEHIF), Manuel Sendino, anticipó ayer que, a falta de cifras concretas, los datos de ocupación de estas últimas semanas están siendo positivos. Con la planta hotelera abierta al completo, Sendino destacó además que las impresiones sobre junio son también optimistas, confirmando así las buenas previsiones respecto a este año 2022.
El vicepresidente en las Pitiusas de CAEB, José Antonio Roselló, consideró también que mayo ha sido un periodo en el que se han ido concretando las aperturas de numerosos establecimientos hoteleros y turísticos, por lo que estas semanas «nada tienen que envidiar a un mes de mayo como el de 2019, antes de la pandemia».
«El aeropuerto es un hervidero y también se nota un incremento de la movilidad por toda la isla. Se trata de un fenómeno que se traslada al conjunto de la economía pitiusa, aunque podemos decir que la situación nunca es uniforme para todos los sectores o negocios», explicó Roselló.
Para la patronal, estas cifras permiten augurar un buen mes de junio para el sector turístico puesto que «los datos van en aumento ya que son una frecuencia tendencial», aunque «el gran problema que tendremos de cara a junio, y probablemente en toda la temporada, no es tanto por la demanda sino por la oferta, con carencias de personal que impiden que todas las plantillas estén al 100%».
Roselló reconoció que sigue afectando también la incertidumbre que genera la guerra de Ucrania.
«La situación se presenta favorable y seguramente muchos sectores y negocios pensarán ya en superar las cifras de antes de la pandemia, aunque hay que estar vigilantes y no bajar nunca la guardia», recomendó.
Otro aspecto llamativo para el vicepresidente de CAEB es que, por primera vez en una temporada, van a notarse de manera directa los efectos del Brexit, por lo que aprovechó para reclamar que en aeropuertos como el de Ibiza se cuente con los sistemas y el personal.
Las diferencias
La situación turística en las Pitiusas es bien diferente a la de 2021, cuando los empresarios del sector confiaban en, como mínimo, no sufrir una temporada tan catastrófica como la de 2020. De hecho, en mayo del pasado año desde la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera destacaban su voluntad de llegar a finales de junio con un «porcentaje alto» de la planta hotelera abierta. Hace justo doce meses había un 10% de plazas en funcionamiento con una «ocupación aceptable».
Por otra parte, hace un año todos estaban pendientes del comportamiento del mercado británico, principal emisor de turistas extranjeros hacia Ibiza. Las decisiones del Gobierno británico en relación a la desescalada que se producía en ese momento mantuvieron en vilo a responsables políticos y empresarios de las islas.
En mayo del pasado año, las ocupaciones medias se situaron entre un 25% y un 30% y se trabajó, sobre todo, con el mercado holandés, francés y español.
Sin embargo, en este año 2022 la situación es bien distinta puesto que ya en abril abrió una parte importante de la planta hotelera de Ibiza y la ocupación registrada durante la Semana Santa osciló entre el 80% y el 100% durante algunos días de ese periodo vacacional.
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