Un ode los tantos vertidos fecales de la depuradora actual de Ibiza, ya obsoleta. | Daniel Espinosa

La presidenta del Govern balear, la socialista Francina Armengol, se sumó este viernes a la estrategia del alcalde de Vila, Rafa Ruiz, de no admitir ninguna responsabilidad en la situación de la depuradora, que está ocasionando graves problemas a los vecinos del torrente de sa Llavanera por los cada vez más habituales vertidos de aguas fecales. «Somos plenamente conscientes y lo seguimos luchando intensamente», se defendió la presidenta pero apuntó directamente al Consell d'Eivissa, gobernado por el popular Vicent Marí, como responsable del retraso en las obras de construcción de la nueva depuradora por «temas patrimoniales».

Sobre la denuncia presentada por los vecinos de sa Llavanera contra Ruiz en la Oficina Anticorrupción de Baleares, Armengol hizo una encendida defensa de su compañero de partido: «Puedo decir muy claro que no hay ninguna desidia por parte del Ayuntamiento de Ibiza sino todo lo contrario. Hay un esfuerzo enorme por arreglar un problema que lleva mucho tiempo y que depende de una infraestructura que está haciendo el Ministerio de Transición Energética».

La presidenta afirmó que el Govern, responsable de la actual depuradora, es «consciente» de los problemas de esta infraestructura y explicó que, en breve, se adjudicarán obras de mejora con un presupuesto de 1,2 millones de euros. Sin embargo, añadió que «el Consell tiene temas patrimoniales y unas cuestiones que resolver» para que el ministerio pueda avanzar en los trabajos de la nueva depuradora. «Ha de acelerar», afirmó, «para hacer posible el cumplimiento de las obras».

Armengol insistió en responsabilizar a la institución insular al afirmar que el Govern «ha hecho las inversiones» y «el ministerio está haciendo la depuradora». Una obra que «tiene una serie de problemas» por «desniveles complicados»y por «unos temas de patrimonio».

La respuesta de Francina Armengol tiene poco que ver con la que ofreció Rafa Ruiz recientemente a Periódico de Ibiza y Formentera al ser preguntado por la denuncia presentada en su contra por los vecinos de sa Llavanera. Ruiz aseguró entonces que los retrasos en la construcción de la nueva depuradora son consecuencia de que se cambiaron «los trazados». «Alguien», dijo el alcalde, había solicitado esta modificación, aunque no pudo aclarar quién o qué administración. «Se está haciendo todo lo posible por agilizar las obras», explicó el primer edil, «pero los retrasos vienen porque se cambiaron los trazados. ¿A instancias de quién? No fue por Vila».

En la misma conversación, Rafa Ruiz culpó también a municipios como Santa Eulària de los problemas que genera la depuradora en Ibiza ciudad. En este sentido, recordó que el cierre de la depuradora de Santa Gertrudis provocó que las aguas de este núcleo urbano fueran a parar a la de Vila.

El alcalde, de cualquier manera, dijo tener «la conciencia muy tranquila» ante la denuncia presentada por los vecinos de sa Llavanera, que consideran que el Ayuntamiento está actuando con desidia frente a los graves vertidos. Algo que no ha hecho en el caso del Matadero insular, al que le ha abierto un expediente sancionador tras dos vertidos de agua con sangre que llegaron a parte del alcantarillado municipal.

El apunte
Gisela Revelles

El Consell desmiente a Armengol

Gisela Revelles

Desde el Consell d’Eivissa desmintieron ayer que el retraso se deba a la institución insular. En este sentido, recordaron que, tras los hallazagos arqueológicos, la empresa constructora presentó una memoria    al Consell. La institución informó favorablemente para que la obra siguiera adelante ya que los restos básicamente eran de cultivos, por lo que no merecían catalogación ya que hay numerosos ejemplos por toda la geografía insular. Por tanto, quisieron desmentir a Armengol ya que el Consell «jamás ha entorpecido ni parado las obras». De hecho, el 13 de enero se presentó la memoria de control arqueológico y el día 31 contestó el Consell, autorizando que las obras continuaran.