La actuación de «ciutat de fantasía» este jueves. | Daniel Espinosa

Una Ciutat de fantasia dio este jueves la bienvenida oficialmente a la feria Eivissa Medieval más esperada de los últimos años después de que por fin se esté recuperando la normalidad post coronavirus.

Aunque la feria abrió sus puertas a las 11.00 horas de ayer no fue hasta las 19.00 horas cuando se dio el pistoletazo de salida oficial con la obra que representó en el entorno del Patio de Armas, Portal de Ses Taules y Plaça de la Constitució la compañía Espectáculos A.M.B.

Ante un abarrotado espacio, donde no cabía un alfiler, actuaron 10 grupos de animación con cerca de 60 actores que al ritmo que marcaba la historia contada por el actor y director de la Companyia de Teatre d'Arts i Oficis, Ramón Taboada, se transformaron durante algo más de media hora en brujos, soldados, luchadores, dragones, bailarines, músicos y abanderados. Todos ellos, habitantes de una ciudad que a causa de una pandemia tenía las puertas cerradas y custodiadas por los Sandlakis, soldados guardianes del color y del tiempo, y que junto a los soldados brindan una feroz batalla repleta de efectos especiales, números y danzas, con los dragones. Finalmente, tras concluir victoriosos, los ciudadanos consiguen convencer a una bruja para que lleve a cabo un conjuro que les permite abrir las puertas de la ciudad devolviendo la alegría, las canciones y la música.

Apertura por la mañana

Antes de que todo eso pasara, la feria de este año abrió sus puertas por la mañana con cierto desconcierto entre turistas, asistentes y tenderos que esperaban un pasacalles de apertura que el programa oficial del Ayuntamiento anunciaba para las 11.00 y las 12.00 horas y del que no se tuvo noticia en ningún momento.

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Algo que no desanimó a los muchos asistentes que acudieron a visitar el mercado ni a los dueños de los 95 puestos distribuidos por distintas zonas del barrio de la Marina y Dalt Vila. Entre estos últimos reinaba el optimismo ya que la mayoría espera poder mejorar sus ventas con respecto a otros años viendo las ganas que hay entre turistas y residentes por salir a disfrutar de un evento como éste tras un año suspendido y otro en formato reducido.

Entre los tenderos hay representantes de prácticamente todas las comunidades de España, desde Galicia a Extremadura, pasando por Andalucía, Valencia, Guadalajara, Catalunya o Castilla La Mancha y todos ellos ofrecen todo tipo de productos. La mayoría están relacionados con la orfebrería, pero también hay productos ecológicos, jabones, hierbas, juguetes, decoración con materiales reciclados, amuletos, piedras, bisutería con cuero o piezas de cerámica, madera o forja.

Por supuesto, la representación de Ibiza es numerosa, tanto por los artesanos y artesanas tradicionales pitiusos que como ya es habitual se encuentran situados en la calle Aníbal, conocida como Calle de las Farmacias, como por los muchos que hay diseminados fundamentalmente al final de la calle de Sa Carrossa o junto a la puerta de la Iglesia de Santo Domingo. Incluso, hay dos representantes de Formentera, las hermanas Valentina y Victoria Llorens con su marca de joyas artesanales Gingko que fabrican ellas mismas en La Savina.

Puestos de comida

Como es habitual, hay distintos tipos de puestos de comida. En el Baluard de Santa Llúcia hay gran variedad, destacando especialmente una original propuesta a base de espetos de sardinas malagueñas y productos asturianos, mientras que en otras zonas existe la posibilidad de disfrutar a precios algo más asequibles con gominolas, caramelos, bollos, panes, el mejor queso del mundo en el puesto extremeño de Productos del bici o con un fantástico jamón asado que realizan en el momento los miembros de la Taberna Galaica.