Una demostración de ball pagès de la Colla de Es Broll.

Este domingo 1 de mayo está marcado en rojo dentro de la trayectoria de la Colla de Es Broll como el día en que celebrarán que hace cuatro décadas bailaron por primera vez en las calles de Santa Eulària. Una efeméride tremendamente especial que bien merece un homenaje por todo lo alto y por ello, además, el grupo inaugura este sábado a las 17.30 horas una exposición conmemorativa en la Sala de Exposicions Sant Jaume 72 de la localidad y el próximo sábado 14 de mayo a las 20.00 horas presentarán en sociedad en el Teatro España su documental 40 anys d’Es Broll.

La historia de este grupo podría decirse que comienza con un sueño. El del matrimonio formado por Ana Costa y Miguel Serra, dos apasionados del ball pagès, la música y las tradiciones de su tierra que cuando se mudaron a Santa Eulària en 1981, recién casados, pensaron que sería buena idea montar un grupo en el pueblo. «Nosotros ya bailábamos en Vila, mi marido desde hacía 12 años y yo desde hacía 6 y por eso cuando llegamos aquí pedimos al Ayuntamiento que propusiera un proyecto para que en las escuelas los maestros animaran a bailar a los alumnos y enseguida tuvimos la suerte de que nos lo aceptaron», explicó este viernes a Periódico de Ibiza y Formentera con una memoria prodigiosa la fundadora Ana Costa.

Ana Costa y Miguel Serra en 1982, hace 40 años, cuando crearon la colla.

Sin embargo, aquellos comienzos no fueron sencillos.Apesar de que rápidamente contaron con 28 interesados, todos ellos en edad infantil, con edades entre los 8 y los 13 años, no tenían un local donde poder ensayar. «Teníamos muy claro que nuestro objetivo era revalorizar y dar dignidad a nuestra cultura, tradiciones, música y folklore y por eso desde el primer momento todos aportamos nuestro granito de arena hasta que por fin conseguimos que la Concejalía de Juventud nos cediera un local en la que por entonces se conocía como Casa de la Juventud».

Allí se dieron los primeros pasos de una colla que por aquel entonces ensayaba una vez a la semana durante una hora y media.Además, contaron con la ayuda de Mariano de Sa Cova quien, según recoge www.eivissaiformenterarural.com, «se ofreció como sonador, ayudó a Ana y Miguel en las enseñanzas de baile, castanyoles, tambor, flaüta o espasí e, incluso, escogió el nombre inspirándose en una fuente que estaba instalada algo más abajo de la actual de la Plaza del Ayuntamiento y que durante mucho tiempo fue la única de esas características que había en la isla y por la que se conocía a los habitantes de Santa Eulària».

Estreno oficial

Después de ocho meses de intensos ensayos y sin un repertorio muy claro decidieron que era el momento de hacer su presentación en las fiestas del primer domingo de mayo.

Fue en 1982 y Ana Costa lo recuerda como si fuera ayer. «No se me olvidará nunca aquel día porque no éramos muchos y porque no teníamos un repertorio muy concreto pero aún así todos lo hicieron de forma muy disciplinada consiguiendo un éxito tan grande que nunca borraré de mi memoria las caras de sorpresa, asombro y satisfacción de todos los que estaban allí viéndolo».

Aquello les animó a seguir luchando «por mantener vivo el baile tradicional de Ibiza que, aunque ahora goza de muy buena salud, en aquellos momentos durante los primeros años de la transición corría el riesgo de desaparecer ante el empuje del turismo y la entrada de otras culturas que iban trayendo los muchos trabajadores que venían a la isla desde todas partes de España y del mundo».

Afortunadamente, según Costa, el ball pagès resistió y sigue haciéndolo a día de hoy. «Creo que podemos estar muy orgullosos con lo que hemos conseguido entre todos y de la admiración que despertamos las collas mostrando un tipo de baile que no se parece a ningún otro en el mundo gracias a que ha sido capaz de mantener unas características muy especiales y concretas debido, tal vez, a que la isla de Ibiza estuvo aislada mucho tiempo».

Viajes por todo el mundo

En sus comienzos, las actuaciones se limitaban a las fiestas de Santa Eulària como el 12 de febrero cuando se celebra la patrona de la localidad o el día del primer domingo de mayo.

Después, gracias a su éxito y su carácter pionero viajaron a otros pueblos de la isla para luego, como recuerda Ana Costa, dar el salto a la Península y al extranjero, actuando, por ejemplo, por primera vez en FITURde Madrid en 1983. «Creo que gracias a nuestro buen hacer a lo largo de estos años y nuestra profesionalidad hemos tenido la inmensa fortuna de haber mostrado el baile de Ibiza en festivales de folklore de mucho prestigio por todo el mundo».

Es Broll puede presumir de haber estado en Estados Unidos, Hungría, Holanda, Bélgica, Malta, Francia, Grecia, Italia, Argentina, Portugal o Lituania en dos ocasiones. La primera en 2015 en el Festival Folklórico Saules iedas de Iauliai donde consiguieron el primer premio de baile tradicional ante formaciones folklóricas de 15 países y la segunda en julio de 2018 en el Festival Parbég Laivelis de Klaipeda con agrupaciones de Macedonia, Rusia, Serbia o Ucrania.

Además, en España han estado en Barcelona, Tarragona, Figueras, Andorra La Vella, Mallorca, Madrid, Menorca, Alicante, Murcia, Castellón, Granada, Huesca, Badajoz. Irún, Pontevedra, Ciudad Real, Córdoba, Segovia, Tenerife, o Valencia. Y todo con la misma idea y la ilusión que hace 40 años. «Todo esto tiene un mérito relativo porque realmente nunca hemos tenido problemas sino que lo hemos disfrutado y lo seguimos haciendo como lo que somos, un grupo de amigos que se ha convertido en una gran familia que se mantiene unida y con ilusión y con renovación por las generaciones que vienen detrás», concluyó Costa con una gran sonrisa.