Gemma Gavaldà nació hace 50 años en Barcelona pero apenas lleva dos dedicándose en serio al mundo del dibujo y la pintura. Empezó de pequeña, cuando era una niña, luego lo dejó apartado durante un tiempo tiempo y con la llegada de la pandemia del coronavirus volvió a recuperar su vocación dando salida a todo el arte que llevaba dentro guardado durante estas décadas.
Ahora, por fin, parte de su obra se puede ver en una nueva exposición en el hotel Ocean Drive Ibiza de Marina Botafoch. Según explicó ayer la propia Gavaldà a Periódico de Ibiza y Formentera se inauguró el pasado 16 de abril y se podrá visitar hasta el próximo 12 de mayo y en ella hay una amplia selección de su trabajo. «En total hay 21 obras que en algunos casos he creado con la intención de ir adaptándolas a las columnas donde se iban a colgar como un reto nuevo para mí mientras que otras ya las había completado antes de que me llamaran para la exposición».
Formatos muy diversos
Todas ellas tienen formatos muy diversos, desde las que son más pequeñas y que no alcanzan los 20 por 20 centímetros, hasta otras que tienen entre 50 por 100 centímetros o las más grandes que son de un metro por 80 centímetros. Lo que no cambia, según la pintora catalana, es su inspiración. «Yo nací en Barcelona, luego estuve viviendo muchos años en Ibiza donde trabajé para Pacha, me mudé a la ciudad suiza de Ginebra volviendo siempre que podía porque la considero mi tierra adoptiva y por eso ella es mi inspiración, junto a su mar, su arena y esa luz tan especial y que la hace única en el mundo».
Tampoco su pasión por el color. «Para mí el color es un elemento fundamental desde que comencé a pintar durante los meses de confinamiento por el coronavirus ya que me ha transmitido alegría, energía y pasión por vivir y por eso es algo básico que siempre está en todas mis obras»
Tres series distintas
Por otro lado, las 21 obras que Gavaldà ha seleccionado para el hotel Ocean Drive Ibiza pertenecen a tres series muy distintas entre sí.
Según la pintora en una de ellas se pueden ver una serie de caras que ha realizado con acrílico y papel de plata y aplicando una técnica muy especial en la que emplea como principal herramienta una espátula. «Mi intención con todo ello es crear una serie de obras que sean únicas gracias a su relieve, su movimiento y su volumen que les aporta una gran expresividad».
La segunda de estas series está dedicada íntegramente al mar con cuadros elaborados con técnica mixta y también relieve. «En este caso, mi intención ha sido representar el sentimiento que a mí misma me produce el mar pitiuso, el movimiento de sus olas, sus tonalidades y, sobre todo, su calma y tranquilidad».
Por último, la tercera serie está compuesta por una serie de obras abstractas elaboradas con látex, polvo de mármol o pigmentos puros inspirados en la obra del pintor Carles Bros con el que realizó un curso intensivo en Suiza.
El apunte
«Pintar me hace sentir una persona libre»
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