Faruk Gandji, conocido artista iraní nacionalizado francés y durante muchos años promotor de las grandes fiestas que se organizaron en la discoteca ibicenca Ku, ha creado un cortometraje de algo más de 14 minutos en el que denuncia «el riesgo que corre Ibiza de autodestruirse».
Bautizado como Ecstasy & Agony, según explicó ayer él mismo a Periódico de Ibiza y Formentera el vídeo se grabó desde febrero a noviembre de 2021 «movido por un impulso de contar la historia de Ibiza desde otra perspectiva diferente a la que aparece en buena parte de los medios de comunicación».
Después, según iba preparando la idea, el artista francés reparó en que podría ser interesante compararlo con los años dorados de la isla. «A medida que le daba vueltas al proyecto reparé en que todo lo que quería contar estaba estrechamente relacionado con lo que yo viví durante los años 80 del pasado siglo en Ibiza y descubrí que a pesar de haber pasado solo cuatro décadas parece que estemos a siglos de distancia».
De hecho, el nombre, «que supone un guiño a la novela que escribió Irving Stone sobre la figura del escultor y pintor del Renacimiento Miguel Ángel», resume a la perfección lo que para él significa la isla ahora mismo. «Cuando la descubrí por primera vez en 1981, me sentí como si fuera el cielo en la tierra pero a medida que se comercializó con las ganancias financieras como fuerza motriz la agonía se hizo cada vez más remarcada».
«La belleza y la destrucción»
En el rodaje intentaron plasmar esta dicotomía, localizando «lugares que siguen siendo hermosos, mágicos y preservados de la isla donde grabar el espectáculo que allí ofrece la naturaleza» y los contrastaron después con otras zonas «donde queda patente el sufrimiento humano en muchas formas, sobre todo, potenciado por la pandemia».
Todo, según el artista «de una manera justa, real y veraz» pero que también denuncie «que aunque Ibiza es una joya única en sí misma, aislada, y que gracias a su pequeño tamaño se puede proteger y gestionar de forma específica, es vista por las grandes corporaciones extranjeras como vacas lecheras que se deben ordeñar sin importarles si destruyen la granja en el proceso o si hay cientos de residentes haciendo cola frente a Cáritas y Cruz Roja para alimentarse después de una temporada de verano bastante activa, cuando ha entrado mucho dinero».
En este sentido, Faruk Ganji aseguró que «los residentes ya son muy conscientes de esta situación porque son los primeros en sufrir las consecuencias». Algo que se ha visto «en el gran apoyo que ha tenido el cortometraje» demostrando «que una amplia mayoría quiere cambiar el rumbo de esta isla antes de que sea demasiado tarde». Desgraciadamente también lamentó que, por el contrario, «los visitantes se sientan con derecho a destrozar la isla porque saben que no tienen consecuencias».
Sin embargo, a pesar del panorama tan negro que se refleja en Ecstasy & Agony el artista francés no pierde la esperanza. «Ojalá que regrese la gente respetuosa y amante de Ibiza y no quienes la ven como un sitio de fiesta sin límites ni reglas y ojalá que el corto pueda inspirar acciones concretas entre la clase política»
El apunte
Figura clave en los años 80 del pasado siglo en Ibiza
3 comentarios
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Matutes rosselló Urgel Han destrozado la isla por la permisibilidad de los políticos ineptos
NereaExactamente todo eso es Ibiza, y de verdad vale la pena verlo. Me reafirma en mi idea de que hay que ponerle techo al crecimiento, somos una isla y el espacio y todo lo que conlleva es finito...La idea es que si no puede venir todo el mundo, en vez de crecer según demanda, que sea al revés, que se venga cuando la isla lo permita...como un restaurante o ciertos hoteles..no se si me explico, pero por ahí van los tiros
Necesario dedicar a verlo 10 minutos y reflexionar a dónde vamos