—Es la primera vez que tiene un cargo político muy relacionado con su profesión. ¿Qué tal está siendo la experiencia?
—Dentro del ámbito de la educación siempre desarrollé trabajos técnicos, aparte de los docentes, que son los que me encantan. Las ideas políticas uno las tiene siempre. Pero, en la medida en que estaba trabajando en aspectos más técnicos de la educación, intentas ser aséptico. Cuando das una clase, no estás haciendo ideología. Ahora que se habla mucho del adoctrinamiento, el mayor adoctrinamiento que he vivido ha sido el de la censura. No el de las cosas que se dicen, sino de las cosas que se prohibe decir.
—Con todo lo que estamos viviendo por la pandemia, da la impresión de que una asignatura como Educación para la Ciudadanía sí que era necesaria.
—Sí. Hubo críticas furibundas contra esta asignatura pero, con las cosas que están pasando, sí que puedes decir que es importante educar a los ciudadanos en el ámbito de las relaciones democráticas, de la preocupación por la igualdad... Son cosas que echas en falta en la formación de los chavales. De manera transversal o de forma específica, Educación para la Ciudadanía es imprescindible. Se trata de conseguir que tengan aprecio por sus instituciones, que entiendan bien las reglas del juego democrático.
—La pandemia ha generado más desafección hacia las instituciones de la que ya había antes de marzo de 2020.
—Ahí nos salimos del ámbito puramente educativo. Desde la política se ha de hacer un esfuerzo por acercar las instituciones a las preocupaciones de los ciudadanos y potenciar su participación. Precisamente, una de las cosas que más me atrajo de este nuevo cargo fue el gran esfuerzo que la ministra entiende que hay que hacer por bajar el ministerio a las aulas. Ese esfuerzo de cercanía a mí me parece apasionante.
—¿Hay muchos lugares como España, donde tenemos 17 sistemas educativos diferentes?
—La descentralización está instaurada en países como Alemania o Irlanda. La autonomía en distintas escalas está vista por las grandes organizaciones internacionales como un factor de calidad porque adapta la educación a la realidad más concreta y más cercana de los alumnos. En este sentido, el recorrido que lleva el Estado de las Autonomías en España es un sistema que ha funcionado en general con éxito. Francia, que es un país más centralista, está ahora mismo realmente interesada por cómo lo estamos haciendo aquí con la educación. Creo que esta es la tendencia y es la que va a predominar en toda la UE.
—Usted es responsable del sistema nacional de becas. Buena parte de los universitarios de Ibiza han de salir fuera de la isla a estudiar. Y, aunque hay ayudas, estas no son muy elevadas. ¿No se plantean algún tipo de incremento?
—Las becas son una de las cosas de las que yo me siento más orgulloso. Seguiremos avanzando pero en los últimos cuatro años se han incrementado un 43 %. Suponen ahora mismo el 42 % del presupuesto de todo el Ministerio de Educación. Más de 2.000 millones de euros. Y con la convocatoria que se va a sacar para el curso 2022-2023, alcanzaremos la cifra de un millón de becados. La beca media está alrededor de los 2.500 euros. Hay que seguir avanzando, sí. Pero ha crecido mucho el número de becados y también el número de becas.
—¿No puede tener en cuenta el ministerio que los estudiantes de una serie de territorios del país necesitan más ayudas por su ubicación?
—Sí, pero una parte importante de las becas ya es para el transporte. Es verdad que no siempre es suficiente pero es una ayuda muy importante que está permitiendo que muchos estudiantes de Ibiza estudien fuera porque, de otra manera, no podrían hacerlo. Hay otras ayudas complementarias del Consell o ayuntamientos.
—Hombre, la de los 89 euros del Govern no creo que ayude mucho.
—La principal es la que da el Ministerio de Educación y está claro que muchos alumnos no podrían estudiar fuera sin esta beca.
—Usted pidió en noviembre ante la Unesco más inversión en Educación pero la verdad es que todos los gobiernos llegan prometiendo que lo harán y luego eso no sucede.
—Ahora está en el marco de la Agenda 2030 lograr invertir más, invertir mejor, seleccionar prioridades en las que se está invirtiendo y, sobre todo, invertir juntos. Y creo que es una consigna muy importante que todos los países europeos se pongan de acuerdo para invertir en determinadas prioridades en educación. Hay elementos que preocupan y sobre los que hay que trabajar como es la digitilización. No se tratar de invertir solo en que los aparatos lleguen a las aulas sino también en la formación digital. Vinculada a la Agenda 2030 está también la educación para cuidar el medio ambiente. Estamos en un momento de emergencia climática y esto hay que contemplarlo. Y hay temas como intentar que haya más mujeres en las carreras técnicas. Son temas con los que Europa tiene un compromiso.
—Cómo experto en educación, ¿qué opina de la gestión educativa del Govern?
—Por los datos que yo tengo, en este presupuesto se ha batido el récord. La inversión ha crecido muy sustancialmente y eso es una buena noticia. Esto se acompaña del esfuerzo legislativo que se está haciendo. Ahora mismo está a punto de aprobarse una nueva ley educativa. Son las dos caras de una misma moneda: más inversión y, además, establecer políticas educativas renovadas. Me llama la atención y valoro muy positivamente el esfuerzo de consenso y cohesión. A la ley se le está dando muchas vueltas para llegar al máximo acuerdo posible. Los gobiernos cambian pero la educación sigue y es importante que haya acuerdo entre todas las fuerzas políticas. Yo creo que el mundo educativo está cansado de tanta confrontación política y deberíamos intentar hacer un esfuerzo en cohesión y acuerdo en los temas principales. Luego cada gobierno puede introducir sus matices pero la educación necesita paz.
—Es difícil de entender que cada gobierno quiera hacer su propia ley educativa.
—A mí gustaría que hubiera más acuerdo y que las leyes tuviesen una aspiración de mayor duración. Yo he vuelto al Congreso y al Senado a presenciar debates sobre el mundo educativo y me llamó la atención que han perdido calidad y se han convertido en consignas y frases hechas. La oferta educativa que se hacía desde el Ministerio de Educación no tenía su contrapartida en argumentos educativos sino en otros de una simpleza extraordinaria. La cultura del esfuerzo debería empezar por los propios políticos. Por eso valoro también el esfuerzo de la ministra de tender la mano para el acuerdo. Ahora tenemos una oportunidad y hemos de aprovecharla.
—Usted conoce perfectamente bien el mundo educativo de las Pitiusas. ¿Cuáles son sus virtudes?
—Tiene muchas y es un sistema con sus peculiaridades. Tenemos una oferta educativa amplia que tendrá que seguir aumentando. Ahora se le va a dar mucha fuerza a la FP. También destacaría la calidad de los centros y de los equipos docentes. De esto podemos sacar pecho. Los resultados han mejorado mucho en los últimos años. Y otra cosa que a mí me llama la atención es el descenso del abandono escolar.
—¿Cómo se ha logrado?
—Hay muchos factores que influyen pero se ha hecho un gran esfuerzo inversor. Se han puesto programas específicos para alumnos con especial vulnerabilidad. Y se ha hecho una oferta educativa más atractiva. Hablamos de estudiantes que acaban la Secundaria y no lo completan con el Bachillerato o la FP.
—Hasta ahora eso lo facilitaba el hecho de que se podía encontrar trabajo muy rápido. Pero en una Ibiza que turísticamente va hacia una calidad muy alta, las empresas buscarán a trabajadores con más formación.
—El compromiso del empresariado con la nueva FP, que ahora completará su tramitación en el Senado, es esencial. Antes, en Ibiza o bien se requería poca formación o el empresario formaba él al trabajador. Creo que ahí ya vamos viendo un giro. La nueva FP tiene muchas ventajas pero una de ellas es la dualidad, que el alumno aprenderá en la empresa y en el centro educativo. Esto hará al empresariado mucho más corresponsable.
—¿Y cuáles son las debilidades de nuestro sistema educativo?
—Tenemos mucho alumnado no nativo y que va y viene. Hay mucha incorporación tardía y eso es difícil de gestionar. La diversidad que tenemos en las aulas es tremendamente educativa y nos da perspectivas de futuro. Es difícil gestionarla y el profesorado tiene que tener el apoyo correspondiente. Esto es común a todo el arco mediterráneo, aunque en lugares pequeños como Ibiza y Formentera, se nota más. De todos modos, yo prefiero verlo más como una oportunidad que como una debilidad siempre que haya medios.
—¿Qué piden los docentes para ello?
—Hay temas en los que se está haciendo un esfuerzo importante como el de intentar bajar las ratios. Cuando hablamos de esto, deberíamos referirnos más a alumnos profesor. Debemos ir hacia sistemas de codocencia,
Punto de vista
Nuevas formas para una nueva educación
4 comentarios
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,,,cuando se esquiva el adoctrinamiento que se sufre en algunas Comunidades Autónomas en temas de educación ,comparándolas con la censura,, me confirma su discurso socialista y manifestar lo que el "Jefe" ordena y manda...y vergonzoso me parece que en toda una entrevista,,, únicamente comente sobre la problemática del abandono escolar,,con un " ha descendido," ,,sin más,,, no aprovechando para comentar los motivos y las propuestas para que no sea un problema,,en fin ,,lo dicho,,,entrevista si no politizada,,con bastante de discurso electoralista,,,
Interesante....con ARTE y CULTURA se arregla TODO.
Eso, eso que muchos políticos no saben hacer una O con un canuto y sólo piensan en su sillón y su sueldo. En todos los partidos existen profesionales de la política y dinastías de familias que llevan 40 años chupando del bote y no saben lo que es trabajar ni llevar un negocio.