La decimotercera edición de Sobrassada Rock empezó con la actuación del grupo ibicenco Morning Drivers. | Arguiñe Escandón

Decenas de personas vibraron ayer de emoción, en la carpa municipal de Sant Josep, con la actuación del grupo ibicenco Morning Drivers y también con la puesta en escena de la Banda Neón.

Con la celebración de ayer, esta localidad ha organizado ya 13 ediciones de Sobrassada Rock, un evento que aúna actuaciones musicales y tradición culinaria. Apenas unos metros de distancia separaba ayer el entoldado, habilitado para los conciertos, de las casetas de comida.

«Todo lo recaudado esta noche irá destinado a la Asociación de fiestas Ca Sa Majora S. XXI», destacó el presidente de la entidad, Bartomeu Tur mientras entregaba un vale de comida a un vecino de Sant Josep.

«Es una organización sin ánimo de lucro y todo lo que recibamos se invertirá en nuevos proyectos para Ca Sa Majora», puntualizó. En total, según Tur, ayer se habilitaron cuatro garitas: una destinada a la venta de tickets, dos casetas para el consumo de bebidas y una para elaborar los entrepans.

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A medida que pasaban los minutos, el entorno de la carpa municipal empezó a colmarse de personas con platos llenos de lomo y salchichas. «De momento, está siendo todo un éxito. Han venido ya un centenar de vecinos», afirmó Arya Ferrer, una de las organizadoras del evento.

No obstante, la mayoría de los asistentes optó por dejarse llevar por la fuerza de la tradición y empezó a torrar sobrasada.

De fondo, los ibicencos Morning Drivers amenizaban el ambiente tanto dentro como fuera de la carpa. «He venido varios años. No me extraña que hayan alcanzado las 13 ediciones», subrayó Yurens Planells, vecino de Sant Agustí. Junto a él, su amigo Álvaro Forlán, que miraba con asombro la afluencia de gente que se concentró ayer en la localidad. «Me sorprende que hayan venido tantos vecinos», afirmó.

En este sentido, desde la entidad organizadora y el Ayuntamiento de Sant Josep tuvieron que reorganizar el evento debido al incremento de positivos que se han diagnosticado en la isla en la últimas semanas. «Han habilitado decenas de sillas y han colocado la barra de bebidas fuera de la caseta municipal», señaló Joan Tur, uno de los cocineros.

Además, a causa de esta situación sanitaria, el acto musical contó con aforo limitado. Otra de las medidas aplicadas durante la noche de ayer fue el requisito del pasaporte COVID para poder acceder al interior de la carpa.