Ses Figueretes vivió ayer un domingo de sol y playa con centenares de personas ajenas al ferri embarrancado que había en el horizonte. | Sergio García

Noche de sábado de agosto en Ibiza. El paseo de Ses Figueretes estaba a rebosar de gente. Todos los restaurantes y locales con las mesas llenas y, de repente, se escucha un enorme estruendo en el mar. Todos miran, pero nadie ve nada en la oscuridad más allá de las luces de los barcos que pintan el paisaje nocturno. Unos cuantos metros mar adentro un ferri ha embarrancado contra un islote dejando 19 heridos. Nadie sabe qué ha pasado y la vida continúa en el paseo. Walter era una de las personas que se encontraban la noche del sábado en este concurrido paseo de Ibiza. Hora punta en el servicio y la terraza, a reventar de gente. «Ver no vimos nada, pero se escuchó perfectamente, fue como un trueno. Se escucho muy fuerte e hizo mucho eco. No sé escucho nada más después, pero impresionó. Se quedó todo el mundo mirando para allá. No se sabía qué había pasado. Hasta que vimos llegar el helicóptero no nos dimos cuenta que la cosa iba en serio», explicó.

Unos metros más adelante, Agustín también atendía las mesas de los comensales que se habían acercado al restaurante a cenar. «Fue como un trueno. Un estruendo bastante largo, pero nada más. Pensé: ‘menuda tormenta nos viene'», confesó ayer por la mañana a este periódico. «No me enteré de nada. Ni siquiera del helicóptero. Estábamos a tope y no había tiempo para nada más que atender a los clientes; fue uno de ellos el que me dijo unas horas después lo que había ocurrido», añadió.

Una situación muy similar vivió Jon, que atiende en uno de los locales que están más cerca del lugar de los hechos. «No me enteré de nada. Cuando lo vi esta mañana en el periódico y luego miré al mar y vi que el barco seguía allí supe lo que había pasado». Al ser cuestionado por si ni siquiera había escuchado el ruido, se sorprendió. «¿Eso que sonó como un trueno fue el accidente?», preguntó, a la vez que llamaba a una compañera. «Sí, sí que lo escuchamos entonces, pero no sabíamos qué era. Sí es verdad que, durante el servicio, miré al mar y vi muchas luces, pero no le di importancia», concluyó.

La historia se repetía cuando le preguntabas a cualquiera de los camareros que habían trabajado la noche del sábado. «Estábamos atendiendo a los clientes y se escuchó un ruido muy fuerte. Pero con tanto trabajo tampoco le prestamos mucha atención. Hasta que vimos el helicóptero no nos dimos cuenta de que había pasado algo, pero tampoco sabíamos qué era. Hasta esta mañana no supe lo del accidente del barco», conluyó Laura.