Este mes se han cumplido dos años desde que Vicent Marí Torres (Santa Eulària des Riu, 1965) llegara al Consell d'Eivissa después de una legislatura de gobierno progresista. La irrupción de la pandemia cambió los objetivos del equipo de gobierno, que lleva 16 meses intentando aliviar el impacto social y económico provocado por el coronavirus. La que viene a continuación es un extracto de la entrevista que Marí concedió a la Televisió d'Eivissa i Formentera (TEF) esta semana.
—Presidente, ¿cómo han sido estos dos primeros años?
—Han sido dos años difíciles. Quién iba a pensar que íbamos a vivir lo que estamos viviendo. De los 24 meses de legislatura, 16 han sido en pandemia. Esto nos ha condicionado a todos y ha incidido en la situación económica y social de la isla. Esperamos salir de esta situación muy pronto.
—Una pandemia que les ha obligados a cambiar partidas presupuestarias para poder hacer frente a la crisis sanitaria y a la crisis social sin precedentes.
—Las prioridades han cambiado. Algunos de los objetivos que teníamos al principio se han aplazado para atender lo urgente. Mucha gente no ha podido trabajar, algunos negocios llevan cerrados desde octubre de 2019, con la pérdida de capacidad económica que esto significa y con dramáticas consecuencias sociales. Y las administraciones hemos tenido que ponernos manos a la obra para intentar paliar estos efectos negativos que aún estamos viviendo.
—Los hoteleros lo han pasado mal pero también el sector del ocio nocturno, que ha estado cerrado. Se habla de que podrían abrir a finales de este mes. ¿Está de acuerdo en que abran las discotecas?
—Ibiza tiene muchos productos turísticos y uno de los que más interés despierta es el ocio nocturno. El año pasado, de manera unilateral y responsable, decidieron no abrir, y este año, si abren, que en todo caso será a partir del 26 de julio, lo harán con la necesidad de que quien entre en las discotecas lo tendrá que hacer con la pauta de vacunación completa. Este es un mensaje claro: Ibiza es una marca conocida mundialmente y lo que pasa aquí tiene un eco muy grande. Si hubiera un rebrote como consecuencia de la apertura del ocio nocturno sería muy malo, en primer lugar, para los empresarios y también muy malo para nuestro destino. Este es el camino y no tenemos que arriesgar innecesariamente. Creo que vamos a hacia una temporada en la que habrá poco ocio porque no sé cuántos estarán dispuestos a abrir, pero hay otros productos en la isla de los que disfrutar.
—En Ibiza están proliferando las fiestas ilegales. ¿Hay alguna forma de parar esto?
—Atajar estas fiestas ilegales están siendo el principal quebradero de cabeza de las instituciones. Desde el Consell hemos reclamado al Govern un cambio legislativo para que se permita abortar estas fiestas cuando se estén realizando. Porque son un riesgo para la salud y entendemos que hay que poner todos los instrumentos legales sobre la mesa para poder atacar este tipo de comportamientos. Estas fiestas son un abuso claro de la isla por parte de algunos empresarios y particulares que se dedican a este negocio. Seguiremos insistiendo en que se cambie el marco legal para que las fuerzas de seguridad y las policías puedan actuar de manera inmediata. Entrar en una vivienda está protegido por la Constitución porque es un derecho fundamental, pero nosotros entendemos que una vivienda turística es una actividad económica y como tal se tendría que poder actuar en ellas como si fuera un hotel o un restaurante. Este es un trabajo que tiene que abordar el Govern balear, pero falta voluntad política.
—Hace unos días los socialistas valoraban como «absolutamente decepcionantes» sus dos primeros años de gobierno. Decían que se ha caracterizado por la «parálisis y la falta de respuesta» de la institución insular frente a la situación provocada por la pandemia.
—El PSOE dirá lo que quiera, pero la realidad es la que es. Aquí ha habido un equipo de gobierno que ha demostrado que sabe trabajar, afrontar las dificultades y ha dado certeza, confianza y muestras de que trabajando se resuelven los problemas. No nos hemos dedicado a hacer política de anuncios y de criticar constantemente sino ponernos al lado de todas las instituciones y de los ciudadanos, que han sido los que lo han pasado realmente mal. Estas críticas ni las tengo en cuenta ni me afectan porque son palabrería sin ningún sentido.
—El año pasado veíamos las colas a la entrada del Consell de gente de colectivos vulnerables que venían a pedir las ayudas sociales por la pandemia. Unas ayudas que la oposición ha calificado de «fracaso» porque sólo se han dado un 37% de las mismas, dejando más de 600 peticiones fuera. ¿Cómo lo valora?
—Estas ayudas están pagadas, son 600.000 euros que han ido a 400 familias. Somos el único consell insular que ha puesto en marcha estas ayudas extraordinarias. Que vengan a criticar lo que ellos han sido incapaces de hacer en años anteriores me parece ridículo. Cuando ellos gobernaban tardaban más de dos años en pagar las ayudas y que ahora vengan a darnos lecciones cuando, repito, hemos sido el único consell en dar ayudas directas a las familias… Queda todo dicho.
—¿Qué ha fallado para que se hayan dado tan pocas ayudas? ¿Cambiarán las bases en una próxima convocatoria para llegar a más gente?
—Volveremos a sacar las ayudas y hemos doblado su cantidad, ahora serán 1,2 millones. Queremos llegar a más familias porque la situación lo requiere. En breve, las pondremos en marcha.
—La pandemia y sus graves consecuencias lo han copado casi todo. Después de un parón, la economía este verano parece que se reactiva, pero estamos viendo que con la apertura de negocios y con la llegada de turistas el número de contagios también crece.
—La incidencia está subiendo y los contagios, al abrirse el turismo, también están incrementando, pero no así los ingresos hospitalarios. Esto quiere decir que estamos entrando en otra fase de la pandemia en la que, si estás vacunado, el virus no es tan agresivo. Aún hay gente que no cree en las vacunas y nuestro mensaje tiene que ser que la gente se vacune porque está demostrado que funcionan y es el mejor escudo contra esta pandemia. La situación económica está mejorando, está llegando más gente a la isla, estamos en una ocupación del 50 % y si no hay algún país que cierre los viajes a España pienso que podremos superar este porcentaje y tener una temporada normal. El virus está ahí, tenemos que convivir con él, ser muy responsables y, además de cuidar nuestra salud también tenemos que cuidar nuestra economía y ponerla en marcha.
—¿Qué valoración hace de la gestión del Govern de esta pandemia?
—A mí no me habrán escuchado criticar a ninguna institución. Hemos trabajado codo con codo con los ayuntamientos y con el Govern. En los momentos difíciles, tocaba trabajar y no criticar ni hacer ruido. Ha habido medidas que no compartíamos, pero hemos considerado que, como institución, teníamos que dar un mensaje de tranquilidad y seriedad. Ya habrá tiempo para la crítica cuando esto haya pasado.
—Mucha gente aseguraba que había que aprovechar esta pandemia para repensar nuestro modelo económico y no depender tanto del turismo. ¿Es una quimera?
—Sustituir el turismo en Ibiza es una utopía en estos momentos. Lo que hay que hacer es mejorar el modelo apostando por nuevos productos turísticos y mejorar el entorno y nuestra marca para seguir siendo un referente mundial turístico. Tenemos que potenciar otros sectores, como el primario. Trabajamos intensamente para poner el valor el producto local para que nuestros pescadores, agricultores y ganaderos puedan trabajar todo el año, comercializar su producto a un precio justo y esto significa que tiene que haber un punto de unión entre ellos y el sector turístico. También tenemos que apostar por la digitalización para que venga gente a residir todo el año y trabaje desde aquí. Nosotros no tenemos otro negocio más que el turismo, no producimos coches ni tenemos que pretender tener otro tipo de industria porque es inviable. Tenemos que mejorar nuestro entorno, nuestro modelo, pero no cambiarlo.
—A finales de los años 90 no venían tantos turistas a Ibiza como ahora y nuestras islas eran líderes en renta per cápita. ¿Qué ha fallado? ¿Por qué con más turistas los ibicencos somos más pobres?
—Es cierto que ahora vienen más turistas que hace 20 o 30 años. Antes los turistas estaban 14 o 21 días y ahora tienen que venir cinco veces más turistas para llenar las mismas estancias. Esto implica más aviones, más barcos, más coches y esto genera la sensación de agobio y de saturación. Está cambiando la manera de viajar y de disfrutar del tiempo libre. Tenemos que arreglar los problemas, pero no criticar ni destruir lo que nos ha dado la prosperidad de la que disfrutamos. Tenemos que luchar contra esto porque luego crea actitudes turismofóbicas.
—¿Desde el PP de Baleares se ha pedido al PP nacional derogar el punto de la ley que se refiere a las herencias en vida, en caso de que su partido llegue a gobernar?
—Los derechos de los ibicencos, que han costado tanto conseguir, son una particularidad que se tienen que proteger. Se nos ha tachado a los ibicencos de defraudadores fiscales y desde el PP seguiremos luchando contra esta imagen que tiene el PSOE a nivel nacional de considerarnos así. El padre que quiere dar a sus hijos su herencia en vida es algo que se ha hecho toda la vida y queremos que se siga haciendo.
—Hablemos de territorio. ¿Le va a dar tiempo aprobar la modificación del PTI?
—Sí. El primer paso ha sido aprobar el reglamento de simplificación de trámites para que no haya que estar un año para obtener la cédula de habitabilidad y que obtener una licencia sea más fácil. En definitiva, que los ciudadanos vean que las instituciones estamos para resolver problemas, no para crear más. Pero no todo se puede arreglar vía reglamento sino modificando el PTI. Una modificación que tiene que ir en la línea de no crear más incertidumbre. El territorio no puede ser una cuestión pendular, la gente que ha cuidado del campo durante muchas generaciones no tiene que ver que existe riesgo de perder sus derechos en función de quién gobierna. Queremos que haya un pacto sobre el territorio que nos implique a todos.
—Hace 10 años, con Vicent Serra de presidente, ya se intentó llegar a un pacto por el territorio con los socialistas, pero la polémica sobre los campos de golf y los puertos deportivos lo hizo imposible. ¿Cree que este debate ya está superado?
—Estos temas no creo que ahora preocupen. Hay que tener una visión más amplia. Si realmente queremos preservar la isla para las generaciones venideras tenemos que ser capaces de sentarnos y llegar a un acuerdo de mínimos para que, gobierne quien gobierne, no se cambie. No podemos plantear la protección de la isla a base de prohibiciones. Se puede conservar la isla sin necesidad de que paguen siempre los mismos, que son los que han conservado este territorio, han heredado las fincas generación tras generación y luego llega un equipo de gobierno y no pueden hacer una casa a sus hijos. Hay que evitar la especulación, pero conservando los derechos de los ibicencos, los verdaderos protectores de nuestro territorio.
—¿Confía en llegar a un consenso con la oposición?
—El consenso se tiene que trabajar. Si no están de acuerdo con este mensaje tendrán que explicarlo. Hacemos un planteamiento protector y creo que asumible. Cuando uno se sienta a una mesa las dos partes han de ceder para llegar a un acuerdo, pero no tiene que haber intransigencias por parte de nadie. Tenemos que conseguir un acuerdo de mínimos porque es necesario para el futuro de esta isla.
—¿Cómo es su relación con el conseller de Ciudadanos?
—La convivencia es magnífica. Somos un equipo de gobierno muy cohesionado, somos -compañeros y no tenemos ningún tipo de roce ni conflictividad. Vosotros ya os habríais dado cuenta. Somos un equipo de gobierno que quiere mejorar la vida de los ibicencos y esto se consigue con trabajo, trabajo y trabajo.
—Uno de los temas que no se solucionan es el transporte urbano. ¿Por qué se tarda tanto en poner en marcha las nuevas concesiones de autobuses?
—Tengo que admitir que hay un problema serio en el funcionamiento de la administración. Estamos a punto de aprobar el plan de líneas y trabajamos en los pliegos de la nueva contrata, que significará una revolución en el transporte de Ibiza. Habrá un antes y un después y tendremos un transporte público con más líneas, más frecuencias y autobuses híbridos con gas y eléctricos.
—¿Por qué hay la sensación de que las cosas llegan a Ibiza tardan 20 años en llegar?
—Sí que es cierto que hay cuestiones que aquí se enquistan y tiene mucho que ver con el marco en el que funcionan los consells insulares, que gestionan competencias transferidas por la Comunitat. El Govern tiene unas herramientas que les permite ser más ágil pero nuestra manera de trabajar es mucho más lenta. Uno de nuestros retos es conseguir trabajar como el Govern. Los consells no podemos ser eternamente un híbrido que gestione competencias autonómicas con recursos de entidades locales. Es un tema complejo que espero se pueda arreglar con la ley de Consells y que también haya un cambio en la Ley de Bases de Régimen Local.
—Hablemos ahora del problema de la vivienda que hay en Ibiza. Una de las metas era luchar contra el intrusismo en todas sus vertientes. De hecho, la creación de la Oficina de Lucha contra el Intrusismo fue una de las primeras decisiones que tomó, pero el problema continúa.
—El problema continúa, pero ahora el intruso sabe que el Consell va a ir a por él. Esta oficina fue un compromiso electoral y ahora es una realidad. En cuanto a pisos turísticos, en 2018 había ocho expedientes abiertos y ahora hay 86. Se están haciendo campañas para ir contra los taxis piratas y los inspectores del Consell trabajan codo con codo con las policías locales y las fuerzas de seguridad. Se han eliminado más de 100 vallas publicitarias. Esta oficina está funcionando y dará cada vez más resultados. Veníamos de una situación donde no había nada creado ni había voluntad política de ir contra el intrusismo. Es imposible erradicar el intrusismo, pero sí disminuir su incidencia.
—Las que tienen un problema de vivienda ahora mismo son las 60 familias de los apartamentos Don Pepe. ¿Cómo está este tema?
—Hemos hablado con las familias, les hemos ofrecido nuestro apoyo y hemos puesto soluciones sobre la mesa: un cambio legislativo. El edificio lleva construido 60 años, tiene unos propietarios, han pagado impuestos, pagan sus hipotecas y ese edificio está enfermo y necesita una intervención, pero no se les da la oportunidad de reformarlo. Se lo hemos reclamado al Govern, que es quien tiene que adaptar la Ley de Urbanismo. El problema es que no hay voluntad política. Si lo que se quiere es que el edificio desaparezca hay que pagar el justiprecio, que no es pagar 20.000 euros a los propietarios sino por su precio de mercado. O eso, o facilitarles una vivienda en otro lugar. Si hay voluntad política, el problema se puede solucionar.
—¿El Govern no tiene esta voluntad política?
—Entiendo que no la ha demostrado. El Govern tiene claro que no quiere que ese edificio se rehabilite, por lo que solo queda la vía de la indemnización a los propietarios de esas viviendas. Lo fácil habría sido darles la oportunidad de arreglar sus viviendas, pero no se les da alternativa sino que se les echa de sus casas con unos meses de alquiler y una indemnización totalmente insuficiente.
[La entrevista con Vicent Marí, presidente del Consell d'Eivissa, en imágenes.]
—El deporte ibicenco vive un momento dorado pero la actualidad pasa por el estadio de Can Misses. ¿Ha mediado el Consell en este conflicto?
—En primer lugar, hay que destacar el buen momento deportivo que vive la isla de Ibiza a pesar de la pandemia. Es un hecho histórico que la UD Ibiza haya llegado a la categoría de plata y hay que alabar todo el esfuerzo que han hecho. El CD Ibiza también ha subido de categoría y quizás tendrían que seguir compartiendo estadio. Eso sería la solución y no perjudicar los intereses de los atletas. Pero este es un conflicto que tiene el Ayuntamiento de Eivissa y nosotros no hemos intervenido porque no se nos ha pedido. Lo que nos gustaría es que hubiera paz y que acabe solucionándose. De lo que se trata es de tratar los éxitos deportivos por el bien de todos.
—¿Cómo está el proyecto del Parc Motor de sa Coma?
—La gente del motor necesita que las promesas se conviertan en realidad. Tenemos el proyecto informado favorablemente por Medi Ambient y estamos en la fase de redacción del proyecto de ejecución. Será una realidad más pronto que tarde.
—Hablemos de Servicios Sociales. ¿Se han puesto al día de los pagos a las asociaciones? ¿Cómo está el tema de Amadiba?
—Cuando llegamos había entidades que hacía dos años que no cobraban. Lo primero que hicimos fue poner al día las deudas acumuladas y poner orden. Ahora las asociaciones saben que el Consell, si se compromete, paga. Luego hay cuestiones como Amadiba con un expediente sobre la mesa con una deuda de dos millones de euros por servicios que se han ofrecido sin contrato ni control. Se tiene que averiguar por qué y cómo se hizo y se ha creado una comisión para ver qué solución hay.
—¿El Consell quiere volver a gestionar las residencias? El Govern parece que tiene ganas de desprenderse de ellas.
—Es cierto, el Govern tiene interés en traspasarnos las tres residencias que ahora está gestionando. Y nosotros las queremos recepcionar, pero con las máximas garantías y la financiación adecuada. Nosotros gestionamos la residencia de Cas Serres, con unos costes anuales de ocho millones que en pandemia han pasado a nueve. Y el Govern nos ofrece 12 millones por las tres residencias. Evidentemente estamos lejos de llegar a un acuerdo porque consideramos que la gestión de las residencias tiene un coste más elevado.
—¿Cuál es su cálculo?
—Nosotros calculamos que está cerca del doble de lo que nos ofrecen. Nosotros queremos gestionarlas con las máximas garantías y dar el mejor servicio, pero necesitamos los recursos adecuados. No me cabe la menor duda de que llegaremos a un acuerdo, pero nos tendremos que sentar y hacer las auditorías pertinentes. Gestionaremos las residencias cuando tengamos los recursos necesarios para hacerlo con las máximas garantías.
—¿Le dará tiempo a crear la Agencia del Agua?
—Esta cuestión ha quedado relegada por culpa de la pandemia. Hemos reclamado que el primer paso sea la gestión de los torrentes, que en Ibiza están abandonados y son un riesgo en caso de lluvia. Obtener una competencia sin la financiación adecuada supone poner en peligro la viabilidad del Consell. Para ello queremos los ingresos del canon del agua para gestionar las competencias con las garantías debidas, no gestionar por gestionar. Asumiremos esta competencia cuando haya una clara voluntad de que recibiremos los recursos para poderla gestionar en condiciones.
—¿Se presentará a la reelección?
—Es la primera vez que me hacen esta pregunta en esta legislatura. En mi mente no está qué haré dentro de dos años sino lo que hago hoy y mañana para gestionar todos nuestros compromisos y esta pandemia que vivimos. No es algo que ahora esté en mi cabeza.
La entrevista con Vicent Marí, presidente del Consell d'Eivissa, en imágenes.
Imágenes tomadas para la entrevista con Vicent Marí, presidente del Consell d'Eivissa, quien hace balance de sus dos años al frente de la máxima institución insular.
2 comentarios
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Catxorrillo, cualquiera diría que eres del Pitus, vaya prepotencia que te gastas. PD: en los juzgados puedes denunciar cualquier cosa, otra tema es que te den la razón
En twitter ya no distingo quién es el presidente de la UD Ibiza y el alcalde de Ibiza: No sé si Rafa es el presidente del Ibiza y Amadeo el alcalde o Amadeo es el nuevo alcalde, el nuevo concejal de deportes y sigue siendo el presidente del Ibiza, que es lo que parece. Dicen que se solo se ha quejado un club de los tres de atletismo que hay en el municipio, pero es que los otros dos no le llegan ni a la suela de los zapatos al tercero, en nada, ni en títulos, ni historia ni fichas. Y si todo es tan maravilloso y tan bonito y veremos una lluvia de billetes en otoño sobre Ibiza nadie entiende porque el papel firmado entre UD y Ayto ha acabado en los juzgados. En fin, que me he perdido y uno ya no sabe quien es quien. Por suerte se empieza a intuir. Saludos y reverencias a Ximo Puig.