El acto se celebró durante la tarde de este viernes en el salón de actos del Hotel Torre del Mar ante medio centenar de personas personas. La entrega tuvo lugar con un año de retraso a causa de la pandemia de coronavirus ya que la medalla se le otorgó el 18 de diciembre de 2019.
Entre los asistentes se encontraba buena parte de su familia, hijos y nietos, así como del presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí; el alcalde de Vila, Rafa Ruiz; el presidente del Colegio de Médicos, José Manuel Valverde y el presiente de la junta pitiusa del Comib, el doctor Antoni Pallicer.
El presidente del Colegio de Médicos se encargó de dar la bienvenida al acto y dio paso a la secretaria general de este colegio profesional, Rosa Robles, quien leyó el acta y repasó su vida y carrera, destacando la contribución de Marí Calbet a la sanidad de las Pitiusas.
Enrique Garcerán tomó el testigo de Robles para dar lectura al laudatio y dar más detalles sobre su vida. Recordó el origen marinero del abuelo del homenajeado en Sa Cala o cómo traía de cabeza, cuando era niño, a las monjas del colegio ya que«era un niño revoltoso». También destacó la importancia de una persona clave en la vida de Antonio Marí Calbet: su esposa Marysse, quien le dijo en una ocasión: «Contigo me voy al fin del mundo». «Y se fueron al Congo», relató Garcerán, donde “puso 970.000 vacunas contra la viruela».
Ibicenco, médico, presidente
Acto seguido se pudo visionar un pequeño corto documental, dirigido por el propio Garcerán. Eivissenc, metge, president repasa la vida del carismático médico y político en su etapa en el Congo Belga y su contribución a la erradicación de la viruela.
Acto seguido, el actual presidente del Colegio de Médicos, José Manuel Valverde, acompañado de su predecesora, Manuela García, hicieron entrega de la medalla a Antoni Marí Calbet, quien hizo gala de su buen humor al recibir la medalla: «Es que estoy sordo», apuntó. Y continuó agradeciendo a todos los presentes su asistencia y afirmó que «si tuviera 20 años volvería al Congo; yo tuve la suerte de poder hacerlo, la gente es maravillosa».
Acto seguido le tocó el turno a Antoni Pallicer, presiente de la junta pitiusa del Colegio de Médicos. Pallicer recordó, como anécdota y muestra del talante del homenajeado, el episodio de la controvertida decisión de la construcción del hospital de Formentera. El entonces presidente del Consell de Ibiza y Formentera supo zanjar las diferencias de opinión sobre la conveniencia de la construcción del hospital con la vehemencia que siempre le ha caracterizado: «No se trata de un tema técnico, es un tema político: lo haremos nosotros y lo haremos más grande». Y el hospital de Formentera se hizo realidad.
La doctora García siguió a Pallicer; ella era la presidenta del Comib cuando decidieron otorgarle a Marí Calbet la medalla. García reconoció que no conocía la trayectoria del ibicenco hasta que hace dos años le entregaron la medalla que conmemoraba sus 50 años como colegiado. Fue en ese momento cuando la entonces presidenta del Comib fue consciente de la importancia del trabajo de Marí Calbet en el Congo. Puso en valor su contribución para la erradicación de la viruela en 1980, dejando atrás cientos de millones de muertos.
El alcalde de Vila, Rafa Ruiz, afirmó en su intervención que «es un honor tener un vecino como él», y calificó al premiado como «un referente político, independientemente de las siglas políticas».
El presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, declaró el «honor y la responsabilidad» que supone para él hablar de una figura como la de Marí Calbet, que «significa mucho para Ibiza». Destacó su vocación de «ayudar a los demás, como médico y como político», su «amor y pasión por Ibiza», y contó como le contestó con un rotundo «¡sí que quiero”!» cuando le propuso entrar en las listas electorales de las pasadas elecciones. El presidente, sin embargo, también le recordó a Marí Calbet que no todo el mérito le pertenece a él, reconociendo el que tiene Marysse, su esposa.
Mucho mérito
Marí Calbet, es licenciado en Medicina en la Facultad de Medicina de Valencia, se colegió en 1969 con el número de colegiado 1254. Estudió en el Instituto de Medicina Tropical Prince Leopold II de Amberes (Bélgica) y puso en marcha la campaña de vacunación en el Congo contra la Viruela, un proyecto que supuso el inicio de la campaña mundial que acabó con erradicación de esta enfermedad.
Marí Calbet había pasó más de diez años de su vida en el Congo, donde llegó en 1959 trabajando para la administración belga, el mismo año en el que se casó con quién ha sido su compañera y madre de sus hijos, Marysse Rennersson. Tras la independencia del país africano de Bélgica, tuvo que regresar a Ibiza después de haber estado ejerciendo su profesión con unos medios más que rudimentarios. Otro mérito.
Pudo volver al país africano años más tarde bajo el paraguas de la OMS, llegando a atender como paciente y amigo a Moisés Tsombe, el autoproclamado presidente de Katanga, una república no reconocida de la República del Congo.
Una vez asentado en Ibiza definitivamente, en 1970, ejerció como jefe clínico de tocoginecología en la Seguridad Social, y en su consulta privada, hasta que en 1983. Ese año, tras haber ejercido desde 1979 como consejero de Sanidad y asuntos Sociales en el Consell Insular de Ibiza y Formentera, además de formar parte del Consejo General Interinsular, decidió pedir excedencia como médico para dedicarse de lleno a su otra pasión: La política.
Desde 1983 fue Diputado en el Parlamento, vicepresidente del Consell Insular y consejero de Sanidad, Hacienda y Presupuestos, además de consejero sin cartera del Gobierno Balear. En las elecciones de 1987, 1991 y 1995 encabezó la lista del PP al Consell Insular, que presidió durante tres legislaturas, hasta 1999, año en el que se jubiló como médico. Durante esa legislatura ejerció como jefe de la oposición en el Consell presidido por Pilar Costa.
1 comentario
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Marí Calbet, un bon metge i una persona de profunda humanitat. M’alegra molt que se li reti aquest petit homenatge. No compartim ideals polítics, però el tenc en gran estima personal. Una abraçada, president!