Protesta de los comerciantes del Mercat Nou. | Daniel Espinosa

Los comerciantes de la zona de l'Eixample de Vila han vuelto a realizar este miércoles una cacerolada simbólica que pretenden repetir diariamente «hasta que desde las administraciones tomen medidas, se les escuche y se les tenga en cuenta».

Las protestas y el ruido han alcanzado su mayor protagonismo en el Mercat Nou. Los trabajadores y dueños de las paradas y los de las cafeterías del exterior se han unido para convertirse en una sola voz ante la situación que viven.

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El confinamiento selectivo de las calles que están incluidas dentro de esta zona de la ciudad ha sido la gota que ha colmado el vaso de su paciencia. Desde hace tiempo, el barrio y sus comerciantes han ido viviendo un deterioro que ha provocado el cierre de pequeños comercios y con muchos de sus trabajadores en el paro o, los más afortunados, acogidos a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo. Piden soluciones y ayudas por parte del Govern y del Ayuntamiento de Ibiza – al que acusan de dejarles «abandonados» desde hace mucho tiempo – pero sobre todo están «muy indignados por la selección de las calles a confinar dentro de la misma ciudad» para intentar frenar el avance del coronavirus en la ciudad.

La protesta se convocó a través de las redes sociales y a través de los grupos de Whatsapp de vecinos del barrio y algunos de los comerciantes para las doce de la mañana y resultó todo un éxito, teniendo su principal punto neurálgico en la calle Catalunya y sus alrededores.