Pau Pomar recoge una partida de mascarillas entregadas al cuerpo por Ángeles Carrillo. | DANIEL ESPINOSA

«El cambio ha sido bestial y ahora lo fundamental es superar la pandemia». Hasta mediados de marzo Pau Pomar compaginaba el día a día entre el servicio en la Policía Local de Sant Josep y los entrenamientos en Can Misses. Eran tiempos de partido los fines de semana con un objetivo en la cabeza: llevar al CD Ibiza a la Segunda División B.

El sueño todavía está vivo, pero todo está en el aire, ahora todo depende de la evolución de la crisis y de lo que decidan las autoridades. «Estos días estamos hablando con los compañeros para ver qué pasa. Hacemos entrenamientos conjuntos por videoconferencias y los capitanes hablamos y esperamos acontecimientos para ver cómo se resuelve la temporada. Se habla de un play off entre los cuatro primeros a partido único, pero todo está abierto. Nosotros nos estamos preparando lo mejor posible», subrayó.

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Desde el decreto del estado de alarma Pau Pomar ha estado más volcado, por razones obvias, en su profesión de agente municipal de policía. «Ha cambiado el trabajo. Hay días muy movidos aunque últimamente han sido más tranquilos. Cambiamos los turnos y se hicieron grupos de trabajo para ser siempre los mismos y evitar mezclarnos entre compañeros», indicó Pomar, quien explicó que la nueva situación obliga a ir «siempre las mismas parejas pero en coches separados y con las medidas de seguridad necesarias». «Ha cambiado el trabajo, especialmente porque se han multiplicado los controles de tráfico y peatonales para controlar las medidas de restricción», relató. «Los primeros días fueron muy movidos y se apercibió a mucha gente. A partir del cuarto o quinto día empezamos ya a denunciar. Pero la ciudadanía lo ha entendido y cada vez se denuncia menos porque aunque hay excepciones, la gente sale para lo esencial», remarcó el agente de la Policía Local de Sant Josep.

Pero en el día a día también se reserva un espacio para mantener la preparación física. «Entreno en casa con mi pareja durante una hora y media y la verdad es que cada día hacemos algo. Unos días son entrenamientos de fuerza y otros compensatorios para que el día de la vuelta a la competición sea más llevadero y no estemos tan tiesos». Desde el sábado, Pomar, como el resto de ciudadanos puede salir a correr. La ‘nueva normalidad’ deportiva y profesional está más cerca.